Salas y pantallas

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

16 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector del cine ha conquistado con solvencia el mundo de las series, pero las galas de premios demuestran cada año que el género del entretenimiento televisivo es una asignatura pendiente. De la larguísima ceremonia de los Goya se salvaron un par de momentos emotivos, dos actuaciones, algún discurso. Se echó de menos algún contraplano de Cate Blanchett en el patio de butacas para que no pensemos que lo único que hizo fue tomar su premio internacional y salir corriendo. Y causó algún cortocircuito en la sala un sketch dirigido a espolear a ese espectador amodorrado en el sofá que ha cambiado los templos del cine por la pantalla casera. «Me pongo una peli y que me traiga la cena un rider», decía un personaje rendido a los vicios de la vida moderna. «Cuando empezamos a salir íbamos [al cine] todas las semanas pero ahora, si a mí me da pereza a ella te diría que más», argumentaba una pareja sosa. Salvando a las salas de cine como lugares sagrados, a muchos de los allí presentes la reconversión de esta industria diversa les ha traído mucha producción y puestos de trabajo gracias a las ficciones televisivas.

Ahora la nueva ley del cine echa leña al fuego al equiparar series y películas metiéndolas en el mismo paquete de subvenciones. Recordemos que hace unos años la piratería parecía haber sentenciado de muerte al cine y ocurrió justo lo contrario.