La banca margina a nuestros mayores

Ignacio Caruncho EN LÍNEA

OPINIÓN

CAPOTILLO

05 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace varios años estamos asistiendo a un proceso de auténtica marginación de nuestros mayores, sobre todo en las zonas rurales, derivado del progresivo cierre de sucursales bancarias o de las limitaciones de acceso en las que todavía se mantienen abiertas.

Hay una generación de personas mayores que no tiene conocimientos digitales, no solo para realizar operaciones bancarias. No hacen compras online, no saben cómo se descarga el certificado covid, no saben usar un smartphone. Existe una brecha generacional y las entidades bancarias ignoran a estas personas de manera deliberada.

No solo hay iniciativas ciudadanas que piden a las entidades bancarias un trato más humano y la reducción de las trabas tecnológicas para realizar los trámites bancarios; también la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha solicitado a la patronal bancaria la inclusión financiera del conjunto de la sociedad, incluidas las personas mayores. Y es que la denominada España vaciada tiene una realidad de 1,3 millones de personas vulnerables en cuanto al acceso de efectivo, según el informe del Banco de España sobre Infraestructura del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España.

Tanto en zonas rurales como urbanas cada vez hay menos atención presencial y en la mayoría de las oficinas los horarios son muy limitados, hay que pedir cita previa o te redirigen a una aplicación que las personas mayores no saben utilizar con un mínimo de garantías, situación que los bancos han acelerado durante estos últimos dos años de pandemia. Y las estadísticas nos dicen que más de un 40 % de la población de más de 65 años no accede nunca a internet.

A todo ello, además, tenemos que sumarle los riesgos que para personas inexpertas supone la utilización de la banca electrónica, dado que los casos de estafas informáticas a través de correo electrónico y SMS se han multiplicado de modo preocupante en los últimos años. A estas personas sin conocimientos tecnológicos se las está exponiendo a un riesgo sin herramientas para prevenirlo.

Hubo un momento en el que los mayores interesaron mucho a los bancos: para que domiciliaran su pensión, para que compraran preferentes…

La digitalización de la sociedad no puede dejar fuera a un porcentaje tan elevado de la población, resulta fundamental que los bancos elaboren programas de inclusión financiera de los colectivos financieramente más vulnerables, colaborando para ayudar a las personas mayores a mejorar su cultura en este área.

Sin duda, lo merecen.