¿Quieren saber por qué estoy quemada?

Cartas al director
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OPINIÓN

VÍTOR MEJUTO

24 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A propósito de mi especialidad

Soy MIR de cuarto año. Estos días voy al centro de salud escuchando la radio y llego muy cabreada. En los últimos años, los anuncios sobre seguros médicos privados han ido aumentando progresivamente, pero desde el inicio de la pandemia, su presencia es constante en todos los medios de comunicación y redes sociales. Sin ir más lejos, una empresa de telefonía acaba de lanzar su propia plataforma de salud, la cual promociona como «Tu médico 24 horas. Atención primaria inmediata». ¿Es realmente atención primaria lo que ofrecen? Os voy a spoilear: no, por supuesto que no lo es. Soy residente de Medicina Familiar y Comunitaria en Galicia, e ir a trabajar sabiendo que me espera una agenda diaria de 40-60 pacientes me pone nerviosa. No solo es el volumen de trabajo, que no favorece los espacios y tiempos de aprendizaje que debería tener con mi tutor, los cuales están reconocidos en un decreto de 2008 pero aún no han sido aplicados en mi comunidad autónoma, es la certeza de que la presión asistencial va a condicionar la atención que damos a nuestros pacientes. Estamos asistiendo, desde hace años, a la desvalorización y desacreditación de la atención primaria, que es mucho más que «la puerta de entrada», es la vertebradora de nuestro sistema sanitario. Este hecho no es fruto de la casualidad, responde a una estrategia de privatización progresiva de los sistemas de salud, con el beneplácito de la clase política actual, la complicidad interesada de los medios de comunicación, el inmovilismo de la mayoría de las profesionales del sector y el silencio de una población convencida por la inmediatez y la especialización de la asistencia. La salud es un derecho humano fundamental y es una atención primaria digna, universal y de calidad la que puede garantizarlo. Si permitimos que los seguros privados usen el concepto de atención primaria para promocionar una asistencia a demanda 24/7, en algunos casos con la mera función de derivar a otras especialidades, permitimos que se nos trate como tal y, por tanto, contribuimos a la desacreditación de nuestra especialidad. Dejamos de ser médicas de familia y médicas comunitarias para ser burócratas derivadoras. Me niego. Digo basta. Lo digo bien alto. Y espero no ser la única. Alba Pons Revuelta. Vilanova de Arousa.

  El celador

Si vas a ser ingresado en el Servicio Galego de Saúde debes saber que tus necesidades como paciente no van a ser atendidas. Al contrario. Tus necesidades sobre todo las más básicas tendrán que adaptarse al horario del personal. Quédate con este nombre: el celador. Cuando dependas de él para algo tan sencillo como ir al baño más te vale que cuadres tus ganas con la hora a la que el único celador en turno en todo el hospital pase por tu planta. Si no tienes esa capacidad te voy preparando para la respuesta del personal sanitario «hazlo en el pañal que después te limpiamos». Empiezo a entender lo de «enfermera saturada». También hay que decir que 1 de cada 10 profesionales empatiza con la situación y echa una mano. Agradecimiento total a esas almas generosas. Pili Martínez.