Las traiciones, mentiras y chantajes que han entrado en ebullición en la política británica les están haciendo el trabajo sucio a los futuros guionistas de una serie que, antes o después, se escribirá sobre el auge y caída de Boris Johnson. El entramado de intereses en torno a su figura bien podría alimentar una nueva temporada de la House of Cards original, la serie británica que se inspiró en la retirada del poder de Margaret Thatcher y en la guerra sin principios morales que se desencadenó para sucederla. La cosa no ha mejorado desde entonces.
Esta ficción está disponible de forma gratuita en la plataforma de RTVE Play en un momento en que las noticias la ponen de actualidad. El Frank Underwood de la posterior versión estadounidense se hizo mundialmente célebre por haber tenido a Obama pegado al sillón y por haber desprecintado en su día la moda de las plataformas de streaming, pero en el Francis Urquhart de los noventa, inspirado en Ricardo III de Shakespeare, estaba ya toda su esencia, más oscura y descorazonadora todavía. «Un político necesita una esposa y lamentablemente a más personas. Un hombre de Estado necesita ayudantes, duendecillos y trasgos que hagan su voluntad. Y hasta peones involuntarios que no sepan a quién sirven», decía. Los líos de Downing Street lo superan cada día.