¿Le compensa pedir las subvenciones para eficiencia energética?

Coral Souto IINGENIERA INDUSTRIAL

OPINIÓN

M.MORALEJO

18 ene 2022 . Actualizado a las 11:01 h.

Al hablar de subvenciones para eficiencia energética, captamos la atención de gran número de personas preocupadas por reducir sus consumos en un momento en el que los precios de la energía están completamente disparados. Este año dicen que las ayudas, serán más y de mayor importe a las de los anteriores, para poder así cumplir los objetivos marcados por Europa con los Fondos Next Generation.

Si analizamos las subvenciones publicadas en años anteriores, todas tienen en común la gran cantidad de documentación técnica y administrativa necesaria para su solicitud y justificación. Por regla general, las viviendas particulares, independientemente de que estén aisladas o en comunidades de propietarios, suelen ser clientes técnicamente «indefensos» para valorar y tramitar estas ayudas.

Pero, ¿realmente merece la pena solicitar estas subvenciones que nos anuncian constantemente en todos los medios? ¿A qué importe podríamos acceder si las conseguimos? ¿Cuánto tiempo podrían tardar en pagar una subvención concedida? ¿Tenemos que adelantar el dinero de la obra o se cobraría antes la ayuda pública? Seguramente estas sean algunas de las preguntas que antes nos surgen a los particulares cuando nos planteamos realizar alguna de las obras que podrían estar subvencionadas.

Tras muchos años trabajando en este tipo de instalaciones, y como particular que también ha solicitado estas ayudas, considero que las preguntas que deberíamos plantearnos ante una obra de eficiencia energética deberían ser otras: ¿qué ahorro me producirá este proyecto? ¿En cuánto tiempo recuperaré la inversión realizada? ¿Realmente necesito ejecutar esta obra?

Si las respuestas nos llevan a la conclusión de que realmente necesito realizar el proyecto, es cuando deberemos empezar a valorar las «posibles» subvenciones. Nunca debemos plantearnos una obra, únicamente por la posibilidad de conseguirlas. Estas ayudan muchísimo a reducir el plazo de amortización de una obra por eficiencia, pero debemos tener en cuenta la posibilidad de no conseguirlas.

En las subvenciones por eficiencia se deberá justificar, entre otros aspectos, una reducción mínima de emisiones de CO2 para ser consideraras eficientes. Esto implica mejorar notablemente la situación energética de partida. No debemos confundir actuaciones de reforma por mantenimiento, como puede ser cambiar una ventana por otra similar, pintar una fachada o simplemente sustituir una caldera, con actuaciones eficientes.

El porcentaje aproximado por la combinación de varias ayudas de este tipo, puede alcanzar el 50 % del coste total de la obra, incluso superar esta cantidad. Este año, en una sola subvención, se puede llegar a conseguir el 80 % del coste de la obra si con las actuaciones proyectadas se logra reducir más del 60 % de la energía primaria no renovable, respecto a la situación de partida.

Para que nos abonen una subvención debemos tener pagada y realizada la obra, presentar facturas y justificantes de pago. Los pagos de subvenciones concedidas podrían demorarse meses e incluso años, tras la realización de la iniciativa. Todo dependerá de la Administración que gestione las ayudas (IDAE, IGVS, Inega, ayuntamiento, etcétera), del técnico que nos asignen en los diferentes expedientes y de la forma que presentemos la documentación.