«Spleen» pandémico

Hugo Pérez Freixo MÉDICO ESPECIALISTA EN MEDICINA PREVENTIVA Y SALUD PÚBLICA. ÁREA SANITARIA DE SANTIAGO DE COMPOSTELA E BARBANZA

OPINIÓN

16 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En las próximas semanas vamos a ver cómo se desmoronan muchas de las medidas implementadas a lo largo de estos dos años de pandemia para su control. Esta situación puede ocasionar cierta angustia y desazón en parte de la población, que verá cómo se eliminan ciertos dogmas y será reticente y desconfiada a la normalidad: a esta angustia vital sin causa definida los franceses la llaman spleen. Una de las medidas que más llamará la atención es la transición desde la vigilancia exhaustiva con una declaración individualizada, obligatoria y diaria de los casos de covid hacia un sistema centinela, similar al que existe con la gripe y otras infecciones respiratorias. Es decir, dejar de hacer pruebas diagnósticas en la mayoría de los casos leves que hasta ahora se seguían en la atención primaria.

 No debemos ver la situación como una derrota, al contrario. Sin dejar de lado aspectos mejorables, como una buena coordinación internacional o un sistema efectivo de alertas tempranas, en estos dos años la humanidad ha sido capaz de crear una vacuna, algo antes impensable. Nuestro sistema sanitario, especialmente en Galicia, ha sido capaz de extender rápidamente esta vacuna a toda la población, empezando por los más vulnerables, y de coordinar una respuesta integrada entre los niveles de atención hospitalaria, comunitaria y sociosanitaria que ha evitado miles de muertes y un desastre económico y social.

De hecho, en nuestra comunidad, el sistema MoMo del Instituto de Salud Carlos III (monitorización de la mortalidad diaria) no ha observado un exceso de mortalidad hasta el momento.

Las medidas que inicialmente se tomaron para proteger tanto la salud de los ciudadanos como el sistema sanitario se tornan ahora poco efectivas y se revertirán por los mismos motivos por los que se ejecutaron. En este momento toca descongestionar la atención primaria y reorientarla a los problemas de la comunidad, preocuparse por la atención a los pacientes frágiles, la salud mental o la ambulatorización de procesos asistenciales; y seguir mejorando la coordinación con el nivel sociosanitario. Esto pasa por entender el covid como una infección respiratoria más, leve en la mayoría de los casos, con un marcado componente estacional, probablemente endémica en el medio plazo, para la que existe una vacuna que es especialmente efectiva en prevenir sus formas graves.

Para centrarnos en lo más importante: seguir cuidando a los más vulnerables y volver a la normalidad, sin dejar de vigilar.