Entre test y mascarillas, un «bo peto»

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MI MUNDO ES OTRO

OPINIÓN

Ricardo Rubio | Europa Press

14 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Podemos hacer cálculos de cómo le está saliendo el covid a cada familia, porque entre las mascarillas y los test de antígenos nos haríamos un buen peto. Cuando arrancamos con esta pesadilla, después del confinamiento, el Gobierno en un acto de generosidad (por no llamarlo de otro modo) nos las abarató a un coste máximo de 0,96 euros porque hasta ese momento quien quería protegerse del virus se encontraba con mascarillas a precio de lujo: 6,55 euros. Ahora con los test vivimos en la misma variable de pagar el pato los mismos. En algunas farmacias los llegaron a cobrar a 12 euros, en otras a 6 y, después de este desbarajuste en contra de los ciudadanos de a pie, ahora el Gobierno actúa para rasarnos el precio a 2,94. Que dicho en lenguaje de madre: son tres puñeteros euros. Así que si en una casa con tres hijos entran los síntomas, el test ya se multiplica de lo lindo. Y digo yo que a estas alturas de la pandemia, siendo un artículo esencial que contribuye a la salud pública, bien debería bajarse al simbólico coste de un euro, aunque lo justo sería la total gratuidad. Lo que no parece normal en una pandemia es que el propio paciente tenga que testarse la enfermedad cuando paga una sanidad pública y no parece muy normal tampoco que sea también el propio ciudadano el responsable de sufragarlo. Esto es aprovecharse de la necesidad. O dicho en lenguaje de madre: una estafa.