¿Cuál es la España real de Sánchez?

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | Europa Press

11 ene 2022 . Actualizado a las 09:09 h.

En las elecciones madrileñas del pasado 4 de mayo, Isabel Díaz Ayuso arrasó, logrando más votos y escaños que las tres fuerzas de izquierda juntas. Fueron 65 diputados para el PP frente a los 58 de la suma de Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos. El descalabro delos socialistas fue de tal magnitud, que por primera vez en la historia cayeron a la tercera posición en esa comunidad. Después de una campaña desastrosa —¿qué fue de aquellas balas y aquella alerta antifascista?—el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, encontró pronto un argumento para minimizar la importancia de ese batacazo. Madrid no es España, se dijo, dando a entender que aquello es un nido de fachas tabernarios que no refleja la España real y plural, en la que el PSOE está muy por delante.

Ya antes, en las elecciones gallegas de julio del 2020, en las que el popular Alberto Núñez Feijoo abrochó su cuarta mayoría absoluta mejorando sus resultados anteriores con un 48 % de los votos y 42 escaños, nueve más que el BNG y el PSdeG, con los socialistas relegados a la tercera plaza, Sánchez y sus guionistas hallaron también un argumento para relativizar el fracaso. No se puede extrapolar. Feijoo no es Casado y en Galicia el PP ha creado durante décadas una red clientelar que impide el cambio. De nuevo, Galicia no refleja la España real ni la pluralidad de un país diverso y progresista, en el que el PSOE está muy por delante.

Las elecciones en Castilla y León se celebran en apenas un mes. Allí, donde en el 2019 ganó el PSOE, según los sondeos ganará el PP y la duda es si logrará la mayoría absoluta, que en todo caso alcanzará con Vox. Sánchez ha tirado ya la toalla en ese territorio. No se explica de otro modo que mantenga en el cargo de ministro a Alberto Garzón, que arremete en plena precampaña contra uno de los principales motores económicos de la región. Y qué decir ya de la izquierda exquisita y urbanita de Íñigo Errejón, que ni siquiera se presenta en ese territorio para no mancharse las botas de barro. Sánchez prepara ya el argumento para el batacazo, advirtiendo de que se trata solo de unos comicios autonómicos en un territorio singular en el que el PP lleva 35 años gobernando y que el resultado no podrá extrapolarse a la España real, verde, plural y progresista, en la que el PSOE es el preferido.

Pero es que luego viene Andalucía, donde también pintan bastos para Sánchez y donde el PP, según todos los sondeos, ganará las elecciones por primera vez desde que él lidera el PSOE. Aquello, se dirá, es una excepción porque los socialistas sufren allí el desgaste lógico tras gobernar durante décadas y los señoritos han engañado a los andaluces con un discurso rancio que no refleja la España real y plural, en donde el PSOE está muy por delante. La conclusión es que si Madrid no es España, tampoco lo es Galicia, ni Castilla y León, ni Andalucía, ¿qué es España para Sánchez? ¿Cataluña, en donde gana el PSC pero gobierna el independentismo? ¿El País Vasco, donde el partido de Otegi duplica en votos y escaños al PSOE? ¿Dónde está entonces para Sánchez la España real en la que él es el rey?