La mejor peli de Netflix es...

OPINIÓN

YARA NARDI

21 dic 2021 . Actualizado a las 08:44 h.

Volver a 1986 durante hora y media para tejer lo que somos hoy sería imposible. Pero esa magia aún le está permitida al cine. Y aunque esta vez no ha sido en pantalla grande, se le agradece a Netflix la oportunidad de poder obrar esa maravilla que es perderse 90 minutos en el pasado que se ha hecho presente. Lo consigue Paolo Sorrentino en esa delicia que es Fue la mano de Dios para adentrarnos en el dolor personal, la tragedia que él vivió ese año y de la que se salvó por asistir a un partido de Maradona en Nápoles. Sorrentino se aleja de esa grandilocuencia artificiosa de La gran belleza, su gran joya, pero nos regala otra aún mayor. Su Nápoles, sus 16 años, su familia, su sufrimiento... en ese verano en el que, obsesionado con la posibilidad de que Diego llegase a su ciudad, de pronto pierde a sus padres. La casualidad como destino. Y si como se cree, uno no conoce al otro hasta que no sabe quiénes son su padre y su madre, nadie podrá llegar a conocer a Sorrentino hasta que no vea esta magnífica cinta en la que el dolor acaba por generar la propia voz del cineasta. Las luces de Nápoles al anochecer, los paseos en moto por sus callejuelas, las lanchas de los contrabandistas de tabaco, el amor y el odio que habita en las familias, la adolescencia, la unión con los hermanos, la alegría, la pérdida, el shock... Todo merece la pena en este filme, en el que la herida se abre y se cierra con contención. La emoción de Sorrentino.