Debate: ¿Hay que vacunar contra el covid-19 a los menores de 5 años?

El inicio de la inmunización en niños pone el foco en la posibilidad de extender la protección frente al coronavirus a los más pequeños. Los expertos consideran que sería algo muy positivo.

La campaña de vacunación contra el covid se amplió esta semana a los niños entre 5 y 11 años, y numerosos expertos animan a que se extienda también a los menores de esa franja de edad. No solo porque estarán más protegidos frente a un virus que ha demostrado que también puede infectarles, aunque en menor medida y con efectos más suaves, sino porque ello permitiría controlar mejor la expansión de las nuevas variantes del SARS-CoV-2 como ómicron.


Bueno para los niños y para controlar la ola ómicron

Una de las pocas cosas afortunadas que ha tenido esta horrible pandemia ha sido la enorme resistencia que los niños han presentado frente a la infección por SARS-CoV-2. Todavía no sabemos por qué ellos son tan resistentes, aunque hay varias posibles explicaciones que aún tendrían que demostrarse experimentalmente: una mejor inmunidad innata, menor cantidad de receptores de entrada al virus, células T con mayor capacidad de bloqueo de virus respiratorios, reactividad cruzada con otros coronavirus…

En cualquier caso, aunque todavía no sepamos el motivo de este comportamiento benigno, no podemos negar que también ha habido un pequeño número de casos en los que el curso de la enfermedad ha sido más grave. En España han requerido hospitalización en planta unos 3.000 niños y 188 en uci. Desgraciadamente, tenemos que lamentar 20 fallecimientos en menores de 10 años, de un total de 87.810 muertes registradas.

Tras exponer este panorama, me gustaría contar qué sabemos de la vacuna ante el SARS-CoV-2 para niños y niñas entre 5 y 10 años. En primer lugar, sabemos que la vacuna de RNA mensajero ha mostrado ser segura y eficaz en este rango de edad, con una protección mayor del 90 % ante infección sintomática. Lo siguiente sería hablar de lo que nos preocupa a todos los padres, los efectos secundarios. El ensayo clínico solo reportó efectos adversos leves, tales como fiebre, cansancio y dolor de brazo.

Me gustaría detenerme en un efecto adverso muy raro que se había descrito en adolescentes, la miocarditis (inflamación de la capa muscular del corazón). A pesar de ser un efecto adverso raro y de evolución benigna, era un dato a tener en cuenta a la hora de valorar la balanza entre riesgo y beneficio. De nuevo tenemos buenas noticias, obtenidas con los datos de los niños vacunados actualmente en Estados Unidos y en Israel. Con la nueva dosis que se está administrando (un tercio, 10 gramos, de la que se emplea en niños mayores de 12 años y adultos, de 30 gramos). No se ha descrito ningún caso de miocarditis con esta nueva dosis, dato importante para tranquilizar a los padres.

Tras exponer todos estos datos, desde la Sociedad Española de Inmunología creemos que la vacunación de niños es adecuada no solo por la protección individual de los niños, sino también para ayudar a controlar la actual ola de contagios que estamos padeciendo debido a las condiciones actuales, que originan una «tormenta perfecta» para la expansión del SARS-CoV-2: bajas temperaturas, aumento del contacto social por Navidad y expansión de la variante ómicron.

El único dato que podría criticar de la actual campaña de vacunación infantil es el que no se haya dado prioridad en la administración de la vacuna a los niños inmunodeprimidos, como se hizo para este tipo de pacientes en adultos.

Quiero finalizar con una frase que uso mucho con mis pacientes cuando me preguntan sobre vacunación en niños. Explico los pros y los contras, señalo que ellos son los que tienen que decidir la mejor opción para sus hijos y acabo diciendo que yo voy a vacunar a mi hija de 10 años.

Autor Carmen Cámara Secretaria general de la Sociedad Española de Inmunología

Protección colectiva que debe llegar a países desfavorecidos

Esta es una pregunta recurrente en estos días, ahora que la postura de los pediatras no ofrece duda de los beneficios de vacunar a los niños de entre 5 y 11 años, para los que ya hay una alternativa autorizada y recomendada por las autoridades sanitarias. Las familias se preguntan: ¿qué diferencia hay entre un hijo de 7 años y otro de 3? Si todos nuestros hijos van al colegio, ¿por qué se vacunan unos y otros no? Y así podría continuar con una larga lista de cuestiones para este grupo de edad.

La pandemia está generando ríos de tinta, muchos de ellos de fuentes científicas fiables con el cauce lleno de medicina basada en la evidencia (en un correcto castellano, diríamos basada en pruebas), y atendiendo a esas fuentes hoy se puede afirmar que las vacunas aprobadas son seguras y eficaces y la mejor arma en la lucha frente a la infección.

En las pocas líneas de este artículo no puedo entrar en profundidad en todos los pormenores del asunto, pero intentaré despejar algunos de los interrogantes respecto a los menores de 5 años. Las autoridades sanitarias, con sus comités expertos de epidemiología y salud pública y clínicos, analizan en detalle todos los aspectos relacionados con la población afectada, que en el caso del covid es toda la población mundial porque todos estamos inmersos en la pandemia. Lo que ocurre es que dentro de la población hay franjas de edad con más riesgo que otras y las estrategias de vacunación se han dirigido inicialmente a los colectivos en los que su vida está más comprometida (para salvar vidas) y, posteriormente, a otras franjas de edad o de menor riesgo (para, además de su propio beneficio, combatir la propagación). En el caso de los niños pequeños, la infección hasta hoy no ha tenido grandes consecuencias en su salud ni una mortalidad significativa.

El National Institute of Health (INH) de Estados Unidos, en su base clinical trials tiene registrados ensayos clínicos en marcha a nivel internacional con niños y niñas a partir de los 6 meses de edad, en busca, primero, de la seguridad, y, posteriormente, de la eficacia en este grupo etario. Si, como parece, el coronavirus con sus futuras mutaciones ha venido para quedarse, la autorización para los niños menores de 5 años llegará y las razones para su administración serán similares al resto: su protección individual, pero sobre todo la protección colectiva que generará abarcar, entonces sí, a gran parte de la población.

En esta lucha hace falta la vacunación solidaria y en ese sentido tenemos como sociedad que proteger a nuestra comunidad, pero sin olvidar que en un problema mundial hay que atender a la globalidad y facilitar la vacunación en los países más desfavorecidos.

La vacunación a los menores de 5 años llegará, no me atrevo a decir en qué momento, porque aún deben finalizar muchos estudios en marcha que demuestren especialmente la seguridad, a la vez deben estudiarse intervenciones solidarias para priorizar otros países y colectivos. Mientras tanto, confiemos en fuentes fiables de información y sigamos las recomendaciones de nuestras autoridades sanitarias. Vacunémonos todos, también los niños, en el momento que nos toque.

Autor José Luis Fernández Trisac Pediatra del Chuac, coordinador funcional de la Unidad de Neonatos
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