Las agallas de los políticos

José Luis Úriz Iglesias EN VIVO

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

06 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos los expertos nos habían alertado, por sexta vez consecutiva, que rebajar las medidas contra el covid era muy peligroso. Eso, a pesar de que nuestro país va a la cabeza de la vacunación mundial, con un 89 % de la población mayor de 12 años ya inoculada. ¿Las autoridades debieran haber tenido en cuenta esas advertencias? Sí, pero no lo han hecho, acobardadas por la presión social y el miedo a tomar decisiones impopulares. No debemos fiarlo todo a la vacuna, teniendo en cuenta que es voluntaria. Nos encontramos con casi cinco millones de personas sin vacunar, la mayoría del tramo de edad que más se relaciona: de 30 a 50 años.

 Además, los chavales de hasta 12 aún no han sido vacunados y aunque está comprobado que, de contagiarse, no lo sufrirían demasiado, sí pueden traspasar la enfermedad a sus mayores. ¿Qué hacer? Lo tenemos difícil con una población especialmente joven con un ansia enorme de juerga, unos dirigentes políticos irresponsables y la llegada de este puente de diciembre y de las fiestas navideñas.

¿Solución? Quizás la clave la haya dado el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, que ha asegurado: «Al final del invierno estaremos todos vacunados, sanados o muertos». Observar desde nuestro país las decisiones que están tomando las autoridades de Austria, Alemania, Bélgica y Holanda y la contestación que han provocado produce escalofríos. ¿Serían capaces de hacerlo aquí? Yo no veo a la Ayuso del sur (Isabel Díaz), ni a la del norte (María Chivite) con las agallas suficientes para tomar semejantes medidas, tampoco a un Gobierno cuya ocurrencia mejor es rebajar el grado del «semáforo covid». Quizás si el virus hubiera castigado con mayor virulencia a las edades menores y si los jóvenes estuvieran viendo morir a sus hijos, esa sociedad lo habría hecho diferente. Pero no ha sido así. Cobardía, irresponsabilidad, insensatez, más dosis enormes de insolidaridad. Todo ello aderezado con un poder judicial que aún no ha tomado conciencia de lo que ocurre. El pasaporte covid no para el virus de manera eficaz, pero anima a la vacunación de quienes se resisten. Esta medida, acompañada de otras (distancias, mascarillas, etcétera), sí podría servir.