Partiendo de la premisa de que no se puede generalizar y que hay que dar por bueno que la práctica totalidad de los maridos o exmaridos somos gente de bien que tratamos con sumo respeto a nuestras parejas, el dato es aterrador. Más de cuatro mil gallegas están en alto riesgo por violencia machista. A pesar de que nuestras autoridades competentes se han tomado el asunto en serio, seis mil mujeres han sufrido este año alguna agresión machista en Galicia, con independencia de que existen cuatro mil casos en vigilancia y 113 maltratadores controlados. ¿Qué hacer para terminar con esta lacra que asola nuestra sociedad? Desde luego, los maltratadores adultos tienen que ser combatidos con medios coercitivos y por la concienciación de una sociedad que debe ayudar a las maltratadas poniendo en conocimiento de las autoridades situaciones de violencia, ya sea física o psicológica, que, por las razones que sean, las víctimas no denuncian. Y, sobre todo, educar a los jóvenes en el respeto y en la igualdad para que esta situación no se dispare y dentro de unos años no haya quien la controle. Es aterrador reparar en determinados casos de chicos adolescentes que cosifican a sus parejas apenas niñas como la cosa más normal del mundo.