Inditex: un nuevo paso adelante

Miguel A. Vázquez Taín PRESIDENTE DEL CONSELLO GALEGO DE ECONOMISTAS

OPINIÓN

PILAR CANICOBA

01 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer el mundo de la economía se despertó con la sorpresa del relevo en la cúpula de Inditex. La trascendencia y la repercusión de la noticia, tanto a nivel nacional como internacional, da buena idea de la importancia que el grupo textil tiene en la economía y en los mercados financieros. Importancia que, desde la perspectiva de Galicia, cobra una dimensión aún más relevante por el arraigo y el impacto sobre nuestro tejido económico. Todos los medios y analistas han entrado en una espiral de análisis, tratando de ver el significado último de lo que ayer se nos anunciaba, por si procede leer algo entre líneas.

Aunque pueda parecer un golpe de timón en la dirección del grupo, desde mi punto de vista nada más lejos de la realidad. En una empresa como Inditex, que buen ejemplo de ello ha dado ya en el pasado, un proceso como este es el resultado de una planificada decisión, en la que el fundador de la empresa, Amancio Ortega, conjuntamente con el hasta ahora principal directivo, Pablo Isla, establece los pilares de la estructura directiva para, al menos, la próxima década, y la columna vertebral de la misma más allá de ese horizonte.

Si observamos la decisión en su conjunto, con los relevos en los segundos niveles y la configuración del comité de dirección, no cabe duda de que, una vez más de forma admirable, se ha articulado un proceso sucesorio que marca una línea claramente determinada, generando una tranquilidad y una garantía de continuidad que quizá no sería tan fácil ni directa dentro de unos años —esperemos que sean muchos—, en los que la estructura del capital no tendrá la concentración y el liderazgo actual.

Hasta aquí, reconociendo humildemente mi lógico desconocimiento, mis elucubraciones sobre la razón de ser de los cambios ayer anunciados. Lo que resulta más fácil es concluir sobre su alcance y significado. En primer lugar, no cabe duda de que se trata de un cambio tranquilo, pensado y planificado con una temporalidad que, más allá de los tiempos requeridos en este tipo de empresas cotizadas, garantiza —y así también se ha anunciado de forma contundente— una continuidad en la línea de negocio.

En segundo lugar, se explicita una vez más la apuesta por el talento generado en el propio grupo, además con un marcado acento gallego que, aunque quizá a estas alturas ya no quepa ninguna duda, redobla la confianza en el compromiso de Inditex con Galicia y en su papel tractor de una parte importante de la economía gallega, que seguirá siendo beneficiaria de buena parte de sus resultados, como ya ocurre ahora.

Finalmente, la previsible distribución de competencias en la nueva cúpula, más allá de la formalidad y denominación de los cargos, replica el actual modelo de éxito: una parte de la dirección pensando en el futuro y la otra bregando en el necesario día a día. En este sentido, la nueva presidenta, Marta Ortega, encarna claramente ese futuro: su conocimiento de la empresa y de su público objetivo aportará la visión estratégica que necesita el grupo. Entiendo que todo cambio suscita dudas pero, desde mi punto de vista, este supone claramente un nuevo paso adelante de una empresa que nunca ha dejado de avanzar.