La derecha y la tragedia económica

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

J. CASARES | Efe

29 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay que leer más a Steven Pinker y ver menos televisión de sextetos, cuartetos, públicos españoletos y otras cadenas (nunca mejor dicho) que trabajan minuto a minuto el campo de las ideas: las ideologías. De Pinker se habla poco en España. En defensa de la ilustración (Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso) es una buena recomendación. Para los no progresistas, especialmente: un puñado de gentes que no sienten vergüenza por declararse conservadores, liberales o, sencillamente, votantes de la derecha. La derecha parece no existir. Ni cuando ganan con mayoría absoluta son capaces de sacar pecho por las ideas que defienden (¿las defienden?). Lo sabemos todo de sus eficaces políticas económicas, sin embargo casi todo lo desconocemos de su mirada sobre el mundo, su mentalidad o sus planteamientos culturales. Durante años ejerció como secretario de Estado de Cultura, es un ejemplo, un hombre que llevó a cabo políticas socialdemócratas. El cargo lo abandonó en el 2016, el mismo año en que se divorció. Su ex-mujer ocupa una de las más altas magistraturas del Reino de España: la presidencia del Congreso. Es que cuando escuchan la palabra cultura, los de derechas miran para la izquierda y los aplauden. Quieren ser como ellos. O eso parece.

Hablemos de Pinker. En el libro citado acusa a los progresistas de «progresofobia». Intenta demostrarlo. Nunca se ha vivido mejor que ahora. En 1800, el 90 % de la población era pobre. Durante los últimos veinticinco años los periódicos podrían titular: «El número de personas en extrema pobreza cayó ayer en 137.000». También son menos los muertos en guerra o por terrorismo y la jornada de trabajo ha pasado de 66 horas a finales del XIX a menos de cuarenta en la actualidad.

¿Y por qué ha sucedido todo esto? La respuesta está en el subtítulo del libro citado: la razón, la ciencia, el humanismo. En conclusión, según Pinker, la democracia liberal. Los conservadores o algo parecido. Por eso los socialdemócratas detestan a Pinker. Defiende la Ilustración contra la irracionalidad del progresismo o los nacionalismos, verdaderos dueños, paradójicamente, del Estado.

En España sus tesis están vetadas, especialmente cuando gobierna la derecha que se avergüenza de ser derecha. Si eres de derechas, no lo digas o únete a Vox (el mejor invento de Sánchez). El mal llamado progresismo se ha adueñado del lenguaje y de las ideas. Lo ha hecho porque en el lenguaje han visto la posibilidad de ganar sus batallas, después del enorme fracaso de su filosofía (el materialismo histórico) y su comunismo. Aquí, el día menos pensado, Casado comenzará sus discursos dirigiéndose a los compañeros y compañeras. Si la derecha no se bate en el campo de batalla de las ideas, solo la votarán cuando sobrevenga la tragedia económica. España está a punto.