Mañana se conmemora el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU/Unesco). En 1999 se celebró en Budapest una conferencia mundial en la que se establecieron diversos compromisos y, para lograrlos, la ciencia debería usarse en beneficio de la humanidad. En el 2001, la ONU estableció el 10 de noviembre como Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo.
Se busca, a través de ese día, que todos los países trabajen en conjunto para hacer de la ciencia un medio que ayude a las naciones a desarrollarse y a garantizar la paz. Para conseguirlo es necesario que el conocimiento científico se oriente para atender las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la enseñanza científica y poner la ciencia al servicio de la paz y la solución de problemas. Con motivo de la pandemia se ha demostrado que la ciencia, en simbiosis con la tecnología, ha salvado la vida a millones de personas que se han inmunizado con las vacunas. Además, la colaboración ciencia-tecnología es la única que puede resolver el grave problema del cambio climático, que se discute en la COP26 de Glasgow.