«Halloween, me empiezas a caer bien, sobre todo por la felicidad que traes»

Cartas al director
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OPINIÓN

ANGEL MANSO

02 nov 2021 . Actualizado a las 10:34 h.

Halloween

¡Se nos fue Halloween! En cierto modo, quedé un poco triste al pensar que nuestros hijos y nietos lo han pasado ¡de muerte! En nuestros tiempos, todas estas escenas representaban cosas terroríficas. Todo lo más que veíamos eran las tumbas de nuestros antepasados y nuestros padres poniéndoles flores, eso sí, una vez cada año. Luego, hasta el año próximo. Hoy se celebra así, con regocijo y haciéndonos ver que los difuntos fueron vivos como nosotros en su día y que jamás intentaron infundirnos ese miedo que a ellos les teníamos sin saber nunca el por qué ni el motivo.

¡Hasta el año próximo, Halloween!, me empiezas a caer bien, sobre todo por la felicidad que traes contigo en esta época y futuro tan triste que nos deparan personas sin entrañas. Pío Pedreira Vilas. A Coruña.

Al personal de los hospitales Montecelo y Provincial

El pasado 26 de mayo nuestro padre, Nicanor Sayáns Silva, se nos fue para siempre después de diez años peleando con diversas patologías, después de afrontar los anteriores diez los cuidados de la horrible enfermedad de nuestra madre, después de haber encajado tantos golpes en esta vida...

se nos fue. Con él se fue nuestro puntal, imperfecto como cualquier ser humano pero bondadoso hasta el infinito, siempre dispuesto a ayudar al que lo necesitara; hijo cruel de la posguerra, donde la infancia era una pelea diaria por la supervivencia; emigrante de los 60, donde el dinero se ganaba durmiendo en barracones para poder regresar y tener una pequeña casita donde cobijarnos.

Aún llorando su ausencia, nos sentimos reconfortados por haber podido despedirnos con sus manos entre nuestras manos, mientras un sueño profundo se iba apoderando de su cuerpo, y pensando que, tal vez, vuelva a reencontrarse con su amor. Atrás quedaron los ingresos reiterados, a veces durante meses, tanto en el Hospital Provincial como en el Hospital de Montecelo de Pontevedra. Y nos sentimos en deuda eterna con todo el personal médico, sanitario y asistencial de ambos centros por los cuidados, la empatía, el respeto y la humanidad con los que fue tratado siempre y el apoyo que de todos ellos hemos recibido. Mil gracias, de todo corazón, por habernos ayudado tanto, por haber estado a nuestro lado. Fernando y José Luis Sayáns Pena. Moraña.