Regularla mejor que prohibirla

Olatz Alberdi SOCIA DE ABA ABOGADAS

OPINIÓN

24 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La prostitución en España es un gran negocio. Hay al menos tres burdeles por cada hospital público y somos el tercer país del mundo en prostitución. 

El Gobierno quiere regular la trata y la explotación sexual con una nueva ley que proteja a las víctimas forzosas y, como tal, parece positivo que se trate de poner coto a los graves abusos que se producen en este ámbito.

En este sentido, entiendo que la prostitución no es un trabajo digno, normalmente las mujeres que se dedican a ello no lo hacen por vocación, ni por deseo, están explotadas y se trata de una clara vejación del ser humano.

Nos referimos únicamente a las mujeres por ser la prostitución que mayoritariamente se produce, al ser en el caso de los hombres una actividad minoritaria.

Claramente, no se puede considerar un trabajo, en el sentido de que no es una actividad que a la sociedad en general le parezca digna y no preparamos a nuestros hijos para ello como una posible salida para ganarse la vida, como cualquier otra; de hecho, las mujeres que la han ejercido en su práctica totalidad manifiestan que no es algo que hayan realizado por voluntad propia, sino por necesidad imperiosa o por obligación.

Normalmente, las mujeres que acaban dedicándose a la prostitución lo hacen por no haber tenido otras posibilidades, por una desigualdad social de nacimiento, por no haber tenido acceso a la educación, etcétera.

En este sentido, lo ideal sería prohibirla, pero la realidad se impone y, a pesar de la prohibición, lo normal es que no desaparezca, como sucede con las drogas, de manera que entre el ser y el deber ser se impone una regulación que no impida a las mujeres realizarla, pero que quien la realice sea con las mayores garantías para su integridad, su salud y los derechos de toda índole que le afecten.

Entiendo que el objetivo es acabar con las mafias, los proxenetas, la explotación y la vulneración de derechos que se producen en estas situaciones, para ello deberían prohibirse las intermediaciones que solo conllevan al enriquecimiento de unos pocos y la falta de libertad de las prostitutas.

Así, en caso de que se legalizara, entiendo que deberían ser autónomas o estar organizadas de alguna forma de modo que solo ellas decidan cómo, cuándo, con quién y a qué precio.

De hecho, en una sentencia dictada en junio del 2021, el Tribunal Supremo rechaza efectivamente que se pueda ejercer la prostitución por cuenta ajena y solo incluye otras formas posibles de prostitución que sí podrían contemplarse en el sindicato: «Si se considera que la prostitución por cuenta propia sí es legal en nuestro ordenamiento, el sindicato Otras puede dar cabida a estas personas».

De hecho, la legislación penal española no permite trabajar como prostituta por cuenta ajena, ya que la figura de un posible empresario «en cuanto a proxeneta, queda criminalizada».