«Me abochorna que la catedral esté llena de "tiktokers" al ritmo de C. Tangana»

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OPINIÓN

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15 oct 2021 . Actualizado a las 12:07 h.

En la catedral al ritmo de C. Tangana

Me alegra enormemente que mi amigo Iván se mude a Madrid. No es ahora mismo la ciudad de la que me gusta presumir ser. Entiéndanme, no seré yo quien la critique, pero últimamente, a mis 35 años, no me encuentro en ella por mucho que la mire. Seré yo.

En fin, la llegada de mi querido amigo significa que en su ciudad no hay trabajo, algo que me entristece. Pero también significa que las empresas vuelven a contratar y eso, y tenerle cerca, es motivo de celebración.

Animados por el buen tiempo que hace estas semanas, íbamos a hacer una visita a Toledo este sábado. Lo dejaremos para más adelante, porque estoy intentando aprender a no paralizarme, no asustarme y, en fin…, a no cabrearme. Porque hay algo que me asusta. Hay algo que me paraliza, me intimida y me abochorna. Algo que me espanta más que pelearme por una mesa en una terraza del centro y que el turismo de borrachera en sí mismo: que la catedral de Toledo esté llena de tiktokers grabándose haciendo bailecillos al son de C. Tangana y Nathy Peluso.

No me encuentro entre esa multitud. Seré yo. Beatriz Alfaro.

Caza y cazadores

La veda ha sido levantada y una nueva temporada de caza acaba de comenzar; los cazadores han llenado el morral con la manduca y sobre todo con ilusión y esperanza, confiando en que la meteorología sea propicia y las aves pasen. Cazar es una actividad recreativa, cultural, deportiva y ecológica en la que surgen amigables piques y celos entre los miembros de la partida. El cazador es quien mejor conoce y defiende a ultranza la naturaleza, la cuida y mima porque la siente y la ama, no los confundamos con domingueros insensibles e irrespetuosos. Diversos colectivos que se autodefinen como «animalistas-ecologistas» atacan la caza e insultan a los cazadores mostrando una supina ignorancia, ya que desconocen que caza es sinónimo de equilibrio, sostenibilidad y vida, porque debe haber muerte para que la vida se renueve. La caza menor y mayor son prácticas indispensables para el ecosistema que ayudan y mucho al sector primario, con el que se complementan de forma que no sufra las perniciosas consecuencias de un exceso de fauna, algo muy fácil de entender si se quiere; quienes se ensañan en contra de la caza deberían leer a Miguel Delibes. Buena caza, amigos. Francisco Javier Sáenz Martínez. Lasarte.