Un falso patriotismo con carnés de deslealtad

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Mariscal

13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cada año en torno al 12 de octubre, se alzan infinidad de voces reclamando la españolidad, el amor patrio y la militancia fervorosa. Y es un buen momento para preguntarse si realmente tenemos motivos para creer en esta España. Porque si nos fiamos por quienes precisamente nos reprochan falta de lealtad, dejaremos de creer en nuestro país.

Los que dicen ser más patriotas y exigen declaraciones de españolidad a los que consideran renegados, recorren medio mundo expandiendo que España no es de fiar; que aquí se cercenan las libertades, que somos unos derrochadores por lo que no pueden llegar los fondos europeos y que a nada tardar, vendrá otro rescate que no será como el de Rajoy porque aquel en realidad no fue un rescate sino un «préstamo en condiciones muy ventajosas».

Y a quienes programan sus giras anti España, basadas en nuestro desprestigio, se unen los foros mediáticos que no dudan en comparar la situación actual con la del 36; elevan al comunista Sánchez a la altura de Trotski y se frotan las manos vaticinando una catástrofe económica y social.

Ya se sabe que, como decía Goebbels, que fue un lince en esto de las falacias, «miente, miente, que algo quedará». Y así las giras basadas en falsedades sobre nuestro país tienen ya eco en gran parte del mundo. Por ejemplo, senadores estadounidenses, con Menéndez al frente, se han permitido decir que España es «un país fuera de la democracia y de las previsiones de derechos humanos que esperamos de un aliado de la OTAN». Y tan frescos.

El clima de crispación y enfrentamiento que soportamos y que no debía de sorprendernos porque se reproduce siempre que no ganan los únicos que creen ser los poseedores de la verdad, nos está colocando en una complicada situación en el contexto internacional.

Es de una insensatez suprema pasearse por instituciones y tribunas de medio mundo aunque a ello fíen su futuro. Tanto como incoherente otorgar a continuación carnés de patriotismo o deslealtad, según su conveniencia. Claro que ya recomendaba el uruguayo Cecilio Vigil que nos alejásemos presurosos «de los que emplean el tiempo en repetir que son patriotas y viven del patriotismo de los demás».