Burla burlando

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Banijay Iberia

09 oct 2021 . Actualizado a las 18:51 h.

Hubo tiempos en que España reía y lloraba con la música del acento gallego, en las películas de Marisol -Ha llegado un ángel- con la gran Isabel Garcés, o con Xan das Bolas en Botón de ancla -tira la bota, tira la chancla-. Galicia era oficialmente tierra de pobres pero nobles marineros, que remaban en traineras y salían a la mar arbolada para jugarse la vida intentando ganar el pan. De mujeres melosas, eso se decía. Éramos un lejano y aislado territorio de gente humilde pero riquiña, de la que se reían sin maldad el resto de los españoles. A Franco esa imagen le gustaba, y en el Pardo le ponían las películas de Marín y de Combarro, que veía junto a una aburrida doña Carmen. Pero el caudillo pronto se pasó al acento aragonés de Paco Martínez Soria, su tocayo. Ahora han venido los de la televisión, los nietos de aquellos, a destrozar merluzas y crustáceos y a reírse de nuevo de nosotros. Lo que pasa es que, como diría Neruda, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Aquel de quien se ríen tiene un restaurante con estrella Michelín, o es cirujano plástico, y el que bogaba traineras, se dedica a ganar medallas olímpicas. Y ahora, a los gallegos, esos que vienen nos dan un poco de vergüenza ajena, con sus gritos y sus simplezas, pero también nos producen cierta ternura, como los niños atolondrados. A mí no me enfada ni me preocupa. Me da apenas para una brevísima reflexión: como cantaba Sole Giménez, ¡cómo hemos cambiado¡ (Y ellos qué poco).