Europeizar las pensiones y blindarlas del «politiqueo»

Manuel Blanco Desar ECONOMISTA

OPINIÓN

David Fernández | Efe

08 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras no desarrollemos una indispensable Seguridad Social europea tendremos que hacer lo posible por mantener la española. La europea es deseable puesto que compartimos un mercado interior, base real de nuestra economía. Claro que, para que este deseo se materialice, habrá que ir convergiendo en parámetros como la tasa de ocupación o de productividad, igual que hicimos con el déficit y la deuda para compartir el euro y así no sufrir jamás una inflación chavista.

¿Podemos llegar a tener una ocupación o productividad similares a las de los países saneados de Europa?

Lo que resulta obvio, después de ser durante los últimos 40 años subcampeones continentales del paro, es que no alcanzaremos esos objetivos mientras sigamos a la vanguardia en ni-nis (jóvenes que ni estudian ni trabajan), abandono escolar prematuro, ineficiencia educativa o en escaso número de patentes por unidad de Producto Interior Bruto (PIB).

No nos traguemos los sucedáneos que nos llegan desde Bruselas sobre la economía plateada por las canas. Eso es un placebo en una economía globalizada, donde otros corren más y atesoran mayor energía. Tampoco podemos asumir la estrategia del loncheado finito: cotiza bastante más y cobra algo menos hasta el final de tus días. Mandar trabajar más años a conductores, limpiadores o albañiles no solo es indecente, sino que por encima es ineficiente.

Así que espabilemos. La salvación de la Seguridad Social comienza en nuestras escuelas. Comienza por pagar mejor a los maestros más atentos y entregados, por premiar a los profesores más comprometidos de nuestros institutos y centros de Formación Profesional, para que estimulen a nuestros niños. ¿Es un buen sistema pagar a todos lo mismo con independencia de sus resultados? Pensémoslo entre todos.

También prosigue esa salvación por atraer talento joven de todo el planeta, salir a buscarlo y seducirlo, no conformarse con lo que llegue, para que vivifique nuestras universidades y polos de investigación, retribuyéndolo por dedicación y resultados.

La estrategia de jubilarse tras cumplir los 70 años es perdedora por pasiva. Pero es más, esta fórmula no fue ideada por el ministro José Luis Escrivá. Hace casi una década fue lanzada por un antiguo ministro alemán de economía, el socialdemócrata Wolfgang Clement. De esas reflexiones surgieron, por ejemplo, los minijobs como fórmula para completar las pensiones germanas.

Cuando todas las seguridades sociales europeas estén equilibradas y alineadas será el momento de lanzar la propuesta de crear una sólida seguridad social europea -como el Banco Central Europeo (BCE)- blindada frente al partidismo localista, la miopía ante el horizonte y la demagogia barata que excita a los jubilados, en vez de alertar a los cotizantes más jóvenes sobre el iceberg al que se dirige su Titanic.