¡Enhorabuena, Ourense!, tenéis AVE

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

VÍTOR MEJUTO

05 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay pocas fechas tan maltratadas como la de la llegada del AVE a Galicia. Ahora será en diciembre. Pero menos mal que existen los periodistas especializados como mi compañero en La Voz, Pablo González, para ubicar el festejo, que no es noticia menor, en su justa vía. Habrá AVE, pronto, en diciembre, como aseguró el viernes Pedro Sánchez, pero llegará a Ourense. Me alegro mucho por los ourensanos, provincia interior, junto a la de Lugo, secularmente castigada, que, por una vez, recibirá el bombón en primer lugar. Un bombón de licor. Todo un AVE.

Los ourensanos sí que podrán viajar en diciembre por ancho de vía internacional en solo dos horas y quince minutos a Madrid. Un recorte de tiempo espectacular que augura grandes cambios en un territorio que se situará de golpe en el eje de todo y para todos.

Solo quiero manifestar mi envidia sana. No es pequeño el paso, insisto, como no lo fue el de la Luna. Tenemos la vía (desde Santiago) para velocidades que acorten tiempo, pero no todos los trenes que se necesitan. Habrá tijeretazo también en los recorridos desde Santiago, A Coruña o Vigo, pero no serán tan espectaculares como el rayo Ourense-Madrid. Y, lo que es más importante, están por decidir cuestiones trascendentales, como si serán necesarios los transbordos en Ourense o no.

De momento es de suponer que, por ejemplo, vigueses (vía Santiago, sin bajarse del tren), coruñeses, (vía Santiago, sin bajarse del tren) y los compostelanos tendrán servicios que les dejen en Madrid en unas cuatro horas, un salto, pero no un AVE.

Hay todavía mucho que precisar. Las próximas semanas serán claves. Por ejemplo, esa cuestión, que no es lateral, de los transbordos. Lo que tenemos a esta hora es que el servicio entre Vigo o Coruña a Madrid se hará en un Alvia, que puede correr, pero sin los trenes necesarios que cambian el ancho de vía ibérico, por el que se optó con Zapatero y que no modificó el PP, por el ancho de vía internacional, que es cuando la máquina puede de verdad desmelenarse con seguridad. Cuando se aclaren estas cuestiones y se dispongan de mejores locos caballos, que aún no están preparados, vigueses o coruñeses podremos soñar con llegar a Madrid en menos de cuatro horas, algo más parecido a ese AVE del que solo disfrutarán los que salgan de Ourense.

Mientras, algo es algo. Celebramos el éxito de Ourense y de la autopista ferroviaria con la Meseta tan anhelada. Y nos disponemos a marcar con un alfiler rojo en el mapa la ciudad de As Burgas como nueva capital de Galicia. Gracias a ese avance otras ciudades podremos bajar de cinco a cuatro horas, que, después de tantas décadas, parecen milagro. Y, caramba, nos tenemos que sentir agradecidos, porque los que vuelven a quedarse fuera de cualquier cálculo son los gallegos de Ferrol o de Lugo, que siguen pareciendo nachos y conachos o lugoslavos para los políticos. Un consuelo. Puigdemont no llegará antes a España que el AVE puro a algunas ciudades gallegas.