El BNG y la obstinación de Sterne

Xose Carlos Caneiro
xosé carlos caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Lavandeira jr

04 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de cinco años y medio escribí un artículo titulado Ana Pontón y la estrella de Rosalía. Hace más de dos, El doble error histórico del BNG. En el primero saludada con agrado, incluso con albricias, la llegada de la señora Pontón a la cúspide del nacionalismo. En el segundo, caminado largo trecho bajo su batuta, advertía la evidencia: el BNG no cambiaba por más que hubiese mudado su imagen. El BNG de Pontón es la marca blanca (color que predomina en su vestimenta) de la veterana, por decimonónica, doctrina de la izquierda nacionalista gallega. Sus errores, decía entonces, los de siempre: «Acariciar a quien lo destruye, el PSdeG» y «confraternizar con los independentistas». Se obstinan en no querer gobernar este país, por mucho que digan lo contrario. Y así seguirá siendo mientras no asuman una estrategia más hábil.

 Hablando de la obstinación. Laurence Sterne, junto con Chesterton, es uno de los escritores más lúcidos, divertidos, amenos y placenteros que conozco. Desde hace años figura en la nómina de mis autores predilectos. Autor de La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, una novela excepcional, y de Viaje sentimental por Francia e Italia, obra que en 1819 fue incluida en el índice de libros prohibidos por la Iglesia católica. Aquel disparatado Index librorum prohibitorum, por fortuna, dejó de tener efecto en 1966 bajo el pontificado de Pablo VI. Recomiendo a Sterne a cualquier incondicional de la literatura que aún no lo haya leído. En él encontrarán el reposo, y la inteligencia, que este tiempo célere y tosco nos va quitando. Escribió el autor del Tristram Shandy que la perseverancia hacía referencia a las buenas causas y la obstinación, a las malas. El BNG trasciende, por su ímpetu, ambos sustantivos. Persevera en tener a Galicia como único centro de su discurso ideológico, pero se obstina en caminar a ciegas. Como si fuese una canción del eterno José Alfredo Jiménez: «Poco me han enseñado los años, siempre caigo en los mismo errores».

El último yerro, uno más, ha sido el cartel presentado siete días atrás. Me costó creer que el BNG de Pontón se recreara en algo tan burdo y áspero. Es una foto del año 2009. Un abrazo de felicitación de Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, a Núñez Feijoo en su primera investidura como presidente gallego. «Hai apertas que venden un país. Feixoo cómplice das eléctricas». La campaña, sin duda, será un éxito entre sus fieles. Sin embargo, no le dará ni un solo voto extraordinario. Porque la mayoría de los gallegos han aprendido a distinguir el grano y la paja. Por eso, ninguna de las campañas en contra de Feijoo, alguna más insidiosa que esta, ha dado resultado. Feijoo, grosso modo, en el asunto del precio de la luz carece de responsabilidad. No así aquellos que prometían desembarazar todos los entuertos cuando llegasen al poder. Aquellos que contaron (¡y cuentan!) con el voto favorable del BNG en Madrid. Los mismos que, gobernando, han llevado a España a las cimas más altas en el monto de la factura eléctrica. El BNG, una vez más, se obstina en no querer gobernar Galicia.