Trabajando a los 75 años, con andador

César Casal González
césar casal CORAZONADAS

OPINIÓN

LUIS TEJIDO | EFE

28 sep 2021 . Actualizado a las 09:15 h.

Así nos quiere el ministro Escrivá. Sentados en el trabajo, pero con un párking para andadores cerca con el fin de lograr movernos hacia la mesa de un compañero, si es necesario. Sabe el ministro que no lo sacaron de contexto, pero los palos que estaba recibiendo le obligaron a recular. Aunque él tiene claro que España es «una anomalía europea» y que necesita progresar adecuadamente para que la jubilación se mueva hacia los 75 años. Para que nos tiremos más años trabajando. 

Pero, al arreciar las críticas, el ministro pasó a decir que solo se refería a los voluntarios, a aquellos que quieren morir a pie de oficina. Para nada pensaba en el común de los trabajadores, aunque todos sepamos que el Gobierno precisa que curremos más años para que haya una mínima posibilidad de que salgan las cuentas de las pensiones.

Lo triste es que el ministro piense en aplicar incentivos para que siga en su empleo el que pase de la frontera de los 65 años y que no atienda como se merece al colectivo de los mayores de 50 años. Tú te quedas sin trabajo con más de cincuenta años y es casi imposible que te vuelvas a reenganchar de una forma decente al mercado laboral. Estos sí que necesitan ayuda y atención de la Administración. Fueron muchos los que cayeron en el paro con la crisis económica del 2008 y que aún siguen viviendo un infierno, con trabajos en los que solo les toman el pelo. A estos ahora hay que sumarles a todos los que se han quedado al pairo tras la pandemia, aprovechando las empresas, en muchos casos, una supuesta flojera pandémica, que no existió para las ayudas, pero sí para los despidos.

Es una tristeza que un Gobierno que se dice progresista tenga totalmente desatendido a este colectivo, que sí está en edad de trabajar, que tiene una experiencia notable, pero a los que nadie tienta con ofertas serias y estables.

Este colectivo de más de cincuenta sí que cotizaría y trabajaría en condiciones de edad y fuerzas adecuadas. No tiene nada que ver con esos otros currantes de más de 65 años que Escrivá pretende llevar al límite de la biología para que sigan cotizando como si las décadas no hubiesen pasado por ellos, impidiéndoles disfrutar del júbilo, del que nace la jubilación.

El Gobierno prefiere pastorear empleados con pañales y andadores, encogidos y agotados, antes que encontrar una solución firme para los que, con 50 o 40 años, están fuera del mercado laboral. Dejados de la mano del sistema.