Erupción volcánica

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

Carlos de Saá | Efe

24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La erupción volcánica es un fenómeno natural, igual que lo son los terremotos, los tsunamis, las lluvias intensas o los huracanes. En el caso de la de Cumbre Vieja, las previsiones de los científicos (análisis de los terremotos continuados en la zona, incremento del nivel de la superficie) hicieron posible que se pudiera desalojar, preventivamente, a las personas. Aparte de la lava (materiales fundidos por las elevadas temperaturas, que se cifran en más de 1.000 grados Celsius), los volcanes arrojan gases: vapor de agua (el de mayor cuantía), dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre (SO2) y otros. El dióxido de azufre lo he oído nombrar como dióxido de sulfuro, seguramente una mala traducción del inglés. Dependiendo del tamaño del volcán y de las características de su erupción, el dióxido de carbono emitido puede tener una repercusión importante en el incremento de los gases de efecto invernadero. El dióxido de azufre, del cual se dice que el volcán de La Palma ha emitido ya 20.000 toneladas, es nocivo para la salud. De este duro fenómeno natural se puede escapar, pero no del resto de los mencionados al comienzo.