Fuera de Afganistán, dentro de AUKUS

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

OLIVER CONTRERAS / ZUMA PRESS

21 sep 2021 . Actualizado a las 09:13 h.

Mucho se ha especulado sobre la precipitada marcha de EE.UU. de Afganistán y el caos que esta ha provocado. Habida cuenta de la experiencia de los años 90, todos sabemos que el nuevo Gobierno talibán, si es que alguna vez se manifiesta, no va a ejercer su mandato de manera democrática y tampoco va a proteger los derechos de las mujeres, por lo que las vidas que se han perdido y todo el esfuerzo y el dinero invertido en los veinte años de intervención internacional no han servido para nada. Es más, el bloqueo de los fondos internacionales que sustentaban el anterior Gobierno democrático ha colocado a la gran mayoría de la población civil, sobre todo a los niños y a las mujeres, al límite de una gran hambruna que António Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas, ha intentado paliar con la obtención de mil millones de dólares en ayuda humanitaria. Pan para hoy, hambre para mañana.

Cierto que China ya ha iniciado negociaciones con los talibanes, por lo que es probable que ocupe en cierta medida el vacío dejado por EE.UU. Pero, desde luego, su cooperación se enfocará en el desarrollo de la minería y otros recursos económicos y no en la protección de los derechos humanos.

Sin embargo, hemos descubierto cuál ha sido la verdadera razón por la que Biden ordenó la salida a toda prisa de Afganistán: el AUKUS. Este nuevo acrónimo al que tendremos que acostumbrarnos se corresponde a la nueva alianza defensiva entre EE.UU., Gran Bretaña y Australia anunciada de manera simultánea, aún en la distancia, por Biden, Boris Johnson y Morrison. Esta estrategia internacional iniciada ya por Obama busca alejar a EE.UU. del avispero y agujero sin fondo de Oriente Próximo para dirigir sus esfuerzos a la potencialmente más rentable zona del Pacífico. Con aliados tan firmes y prósperos como Japón y Corea del Sur, la especial cooperación «defensiva» entre EE.UU., Gran Bretaña y Australia tiene por objeto hacer frente a los avances de China en la región y su desarrollo armamentístico, lo que en cierta medida nos retrotrae a la política de contención, a la guerra fría y a la rivalidad entre potencias. Por desgracia, nada nuevo bajo el sol.