España sigue siendo líder del paro en Europa. Una tozuda realidad de cuatro décadas. Solo la pequeña Grecia nos hace algo de sombra. Eurostat lo reitera en su informe de septiembre. España figura con un 14,3 % de desempleo. Grecia con 14,6. Pronto vamos a adelantarla. De hecho, en junio ya lo hicimos (15 % frente a 14,8 %). Pero de esto no se quiere hablar. Silencio.
Llevamos 40 años en esta penosa posición de líderes del paro continental, OCDE dixit. Además, a causa de España, la euroárea siempre padece más desempleo que el resto de países de la UE. Aunque si esto es malo, peor resulta que la España oficial nunca concentre sus esfuerzos en acabar de cuajo con esta ominosa tara.
Las presuntas élites españolas pierden el tiempo en sus enredos de leguleyos. Convierten en noticia cualquier majadería o ensoñación con tal de evitar arreglar esto. Las tertulias retroalimentan dichas majaderías, tal vez porque la formación de los tertulianos no permite otra cosa. Y así vamos perdiendo lustros y décadas, instalados en tan aberrante como anómala normalidad.
¿Cuántos españoles saben que Chequia está por debajo del 3 % de paro? ¿Que Polonia está por debajo del 4 %? ¿Que Hungría lo está del 5 %? Ya no quiero hablar de Alemania u Holanda, con entre el 3 y el 4 %. Incluso Bélgica ha logrado rondar el 6 %, cuando décadas atrás llegó a superar los dos dígitos. Nadie pasa del 10 %, excepto España y Grecia.
¿Por qué ocultar esta vergüenza y fantasear con las bajadas históricas del paro con que nos atizan periódicamente desde 1980? Apelo a los jóvenes para que no se dejen engañar por los flautistas de Hamelin, que les arrojan temas basura para que no miren el panorama que les dejan en herencia, para que desconozcan lo que acontece tras los Pirineos. Nuestros jóvenes tienen derecho a vivir en otra realidad, más europea y menos lerda, más esperanzadora y menos tétrica.
¿Qué vienen haciendo los responsables políticos españoles desde 1980 para lograr lo que otros consiguieron en la mitad de tiempo? Hacer, hicieron mucho, aunque los resultados son patéticos. Por así decirlo, la productividad de la legislación y de las políticas públicas españolas en materia de empleo es pírrica. Nos hacen vivir instalados a la cola, en infinitos y yermos días de la marmota.
Tal vez una solución sería contratar a responsables foráneos y pagarles por los resultados obtenidos. Desde luego sería más eficiente, y nos ahorraría la vergüenza que aquí se quiere ocultar con palurdas hojas de parra, tardomedievales o posmodernas, cainitas o ñoñas. Resultados, precisamos resultados.