El retorno (mediático) de Pablo Iglesias

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

08 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá recuerden ustedes un cartel que decía: «vuELve», con EL en mayúsculas, y EL era Pablo Iglesias. Podemos no insistió más en el mensaje porque tenía un descarado componente machista que Irene Montero no podía soportar. Así que, sin carteles provocadores, pero con la coleta cortada, ahora se ha producido el segundo retorno del primer líder de Podemos en el papel que eligió: ejercer «el periodismo crítico». A partir de este último fin de semana lo podemos leer como articulista y a partir de este último lunes lo podemos escuchar como tertuliano en la Cadena Ser. Como se podía esperar, nada de lo que ha escrito y nada de lo que ha dicho ha pasado desapercibido. Lo único que se le puede matizar en su definición es que, más que periodista crítico, es propagandista ideológico. Radicalmente ideológico.

En sus primeros mensajes una cosa queda clara: que abandonó la aburrida Administración pública y se reencontró con su vocación primaria de agitador o de «activista política», como le llamó Pedro Sánchez sin la generosidad de citarle por su nombre. Si alguien quiere saber cómo piensa la izquierda más radical, ya no tiene que esperar las declaraciones de Yolanda Díaz ni de Ione Belarra, sino poner el oído en el raíl por el que circula el tren del señor Iglesias, que aporta doctrina, señala objetivos, marca estrategias y hasta anuncia cuál será el argumento básico de la próxima campaña electoral.

Esto último está clarísimo en ese primer artículo que se hizo famoso por ir ilustrado con una pistola nazi. Después de haber anunciado en el Congreso de los Diputados que la derecha no volverá al Consejo de Ministros, ahora no solo contempla ese retorno, sino que ve la Moncloa ocupada por la derecha extrema, por el partido Vox. Es una invocación al voto del miedo. Es una provocación a quienes ven más inconstitucional a Pablo Iglesias que a Santiago Abascal. Y es un adelanto del que presumiblemente será el discurso de Pedro Sánchez, si las encuestas le siguen dando ventaja al Partido Popular. Como le dijo García Margallo en Hora 25, «siempre va tres pasos por delante».

Más discutible es que Iglesias pretenda reinar después de políticamente amortizado y parece claro que lo piensa hacer. Él es ya quien, con su autoridad natural, empieza a marcar la acción política de Podemos y lo empezó a hacer al alentar la movilización ciudadana contra el precio de la luz. A primera vista y según los primeros indicios, el liderazgo que encomendó a Yolanda Díaz va a ser un liderazgo tutelado por él. Y no creo que eso sea una buena noticia para el bloque político hoy disperso que está a la izquierda del PSOE: Yolanda quiere reunificarlo después de la desbandada provocada precisamente por Pablo Iglesias, cuyo encanto electoral fue desmentido en las elecciones autonómicas de Madrid.

Ignoro si la actual vicepresidenta contaba con esa dificultad.