Triunfalismo del Gobierno

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

J.J. Guillén

06 sep 2021 . Actualizado a las 08:36 h.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha afirmado con rotundidad que «nunca caeremos en triunfalismos». Y quizá él lo cree así, ¡como si tuviese motivos para ello! La realidad, sin embargo, es que el actual Gobierno parece frecuentar el triunfalismo como defensa sistemática ante cualquier crítica o reticencia, vengan de donde vengan (de otros partidos, de medios de comunicación o de cualquier opinante con algún renombre). Es una actitud que el presidente Sánchez ha adoptado desde que llegó al Gobierno, y no le han hecho cambiar de opinión las múltiples críticas recibidas.

El gran periodista y corresponsal internacional Jon Lee Anderson sostenía que «los periodistas somos los únicos intermediarios entre el público, que no tiene poder, y los mandatarios, que sí lo tienen». Y añadía que, por esto, debíamos ser muy conscientes de nuestra responsabilidad. Para lograrlo, «la intuición es la clave», porque de ella surge el impulso que genera en el periodista el sentimiento de curiosidad necesario para buscar la verdad, comprenderla y ser capaz de expresarla con rigor. Y todo ello sin tomar partido, porque solo así se alcanza lo que Anderson llamó una «intuición instruida», la cual que facilita el ordenamiento y el mejor entendimiento de los mensajes recibidos. Porque él tenía claro que la valoración de la información le correspondía al periodista y no al político emisor.

Dicho lo anterior, ¿qué le cabe hacer al periodista ante una declaración como la de Grande-Marlaska en la que asegura que nunca caerán en el triunfalismo? ¿Es que acaso alguna vez han salido de él? Creo que afirmaciones como esta -al igual que otras emitidas por el presidente del Gobierno y otros ministros- deben de ser escuchadas con atención y, en su caso, criticadas con todo rigor por los medios de comunicación que se manifiesten al servicio de la verdad, y no al servicio del Gobierno, de la oposición o de una simple ocurrencia. La verdad es necesaria y los ciudadanos tienen derecho a ella, aunque sea tan difícil conseguirla y alcanzar la invulnerabilidad de tal derecho.