La ética y la política liberales

OPINIÓN

RADEK PIETRUSZKA | Efe

24 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Creo que fue Eduardo Galeano quien escribió que «nada se construye desde arriba salvo los pozos»; es decir, si se intenta construir una democracia desde arriba, lo único que puede acabar siendo es eso, un pozo (y no precisamente de aguas cristalinas y saludables). Esto es lo que ha pasado en Afganistán, entre otras cosas: porque tampoco debemos olvidar lo que nos cuenta Naomi Klein sobre el capitalismo del desastre en su magnífico libro La doctrina del shock, publicado en el 2007, con abundante documentación sobre lo acontecido en Chile, en Polonia y en Irak. Ante la ideología de algunos, no importa el sufrimiento de la gente.

También podríamos reflexionar sobre Cuba y sobre Haití, otros dos escenarios de dramática actualidad. Supongo que no hace falta ahondar en más datos para darse cuenta de por dónde voy. Lo que me interesa resaltar hoy es la siguiente constatación: el modelo liberal de entender la vida no es el único ni el más importante a nivel planetario. No lo ha sido nunca y no lo es en la actualidad, ni siquiera en las pocas sociedades democráticas que pueblan el planeta.

De este elemental dato deberíamos extraer algunas consecuencias de vital importancia para las circunstancias del presente y del futuro inmediato y a medio plazo. La principal de ellas: la arrogancia y la prepotencia solo provocan rechazo y confrontación. Algo difícil de entender cuando hemos endiosado, precisamente, el modelo liberal.