Negacionistas

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | Europa Press

20 ago 2021 . Actualizado a las 09:19 h.

Puedo entender casi todo lo que salga del pensar de los humanos. Que algunos eleven a la condición de dios con iglesia propia a un futbolista por ser el mejor dándole patadas a un balón. Incluso que se organicen campeonatos del mundo de lanzamiento de huesos de aceituna. Y hasta, si me apuran, con sumo esfuerzo podría entender que a pesar de la que está cayendo el presidente Sánchez se haya tomado vacaciones. Lo que bajo ningún concepto alcanzo a entender es el fenómeno negacionista. ¿Cómo es posible negar la pandemia habitando este planeta? Tal vez el problema es que los juristas a veces les damos mucho juego a estos temerarios ciudadanos que se amparan en la ley para poner en peligro al resto de sus congéneres. Me parecería menos mal que los que cuestionan las vacunas estuvieran dispuestos a irse a vivir a un lazareto hasta que pase todo este sinvivir. O que se les multara con fuertes sumas, como se sanciona al que conduce en una autopista a 200 km/h. No tengo ningún interés (ya que él no mira por su salud no voy a ser yo quien lo haga) en que un vecino se vacune o no. Lo que exijo es que no se le permita salir a la calle a poner en riesgo vidas ajenas. Y que encima se jacten. Estos provocadores alardean de que ellos no contribuyen a la gran conspiración internacional contra no se sabe quién. Los muertos no son tales muertos, ni los hospitales están colapsados. Todo es fruto de un buen trabajo organizado por un lobi judeo-masónico. Evidentemente, el conocimiento es sufrimiento y la ignorancia, felicidad.