«En Alemania, los test del covid cuestan un euro y se pueden hacer en las gasolineras o el súper»

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OPINIÓN

DPA vía Europa Press

10 ago 2021 . Actualizado a las 08:41 h.

Pandemia: el caso alemán

Recientemente estuvimos de viaje en Alemania, visitando a la familia cercana que hace más de año y medio no hemos podido ver con motivo de la pandemia. La incidencia acumulada allí se sitúa por debajo de 50. En concreto, en la zona donde estábamos, era de solo 12. Como contraste, veíamos en las noticias de que en nuestro país se disparaba por encima de 600.

Seguramente ningún modelo es perfecto, pero sí hemos apreciado las siguientes diferencias en las que entendemos que el caso alemán está siendo más eficiente. En primer lugar, nada más bajar del coche para repostar en una estación de servicio pudimos ver cómo los test de autodiagnóstico (saliva, antígenos con hisopo en garganta o el mismo en garganta y nariz) están disponibles en todas partes y a un precio anecdótico (los de saliva por poco más de un euro). Gasolineras, supermercados, farmacias... En cualquier lugar pueden adquirirse. La población ha interiorizado la necesidad de realizar esas pruebas periódicas, y allí no se argumenta la «falsa seguridad» para limitar su acceso.

Por otra parte, la posibilidad de realizar test de antígenos o PCR por parte de profesionales también está totalmente extendida desde el principio de la pandemia. No es necesario acudir a hospitales ni centros de salud, sino que en cada barrio existe un módulo prefabricado del ministerio de salud donde cualquier persona puede ir y realizarse el test de manera totalmente gratuita, sin colas ni esperas. Ese fue nuestro caso, al que acudimos para obtener el correspondiente certificado para el viaje de vuelta. Totalmente diferente a lo que sucede aquí, donde damos gracias cada vez que hay un cribado o la apertura voluntaria de test. Recuerdo cuando llamé al centro de salud porque mi hijo mayor se iba de campamento y quería hacer un test antes de su entrada para seguridad de todos. Con un «el Sergas no cubre esos casos» me despacharon rápidamente.

Por último, el acceso a las vacunas. Los porcentajes de vacunación pueden resultar engañosos por muchos motivos. En Europa existe un fuerte movimiento antivacunas, lo que provoca que sea difícil alcanzar un porcentaje alto de cobertura. En el caso alemán, más de 50 millones de personas han sido vacunadas, tanto en hospitales, centros de salud como empresas privadas y mutuas con punto de vacunación, que han desahogado sustancialmente al sistema público. Desde junio, cualquier mayor de 12 años que desee ser vacunado puede hacerlo en cualquier punto. Esto ha ayudado a que los jóvenes hayan podido acceder a la vacuna desde hace más de un mes, al inicio de la campaña estival. M. F.

Sánchez: la vacunación va bien

En su comparecencia de cierre del curso político, Pedro Sánchez se mostró orgulloso de los logros conseguidos. La vacunación va bien, aseguró el presidente, y la recuperación económica parece augurarle un buen otoño. Súmese a esto que los indultos concedidos a los líderes del procés no parecen reportarle grandes quebraderos de cabeza. No hemos apreciado ni rastro de autocrítica, aunque sí un ataque cerrado contra quienes no colaboran a pies juntillas con su proyecto. Jesús Domingo Martínez. Olot (Gerona).

Un pregón polémico y explosivo

El pasado sábado, en el parque de la Alameda de Pontevedra, se proclamó el pregón de las fiestas de la Peregrina. Un acto presidido por la complejidad de que, al evento propiamente dicho, se sumó una reivindicación de los trabajadores de ENCE, con la clara intención de boicotearlo, en protesta por la anulación de la concesión de prórroga para la empresa en Lourizán. Aunque personalmente considero que esta remodelación supondrá un gran perjuicio para Pontevedra, pienso que no era el día, el lugar, ni las formas para este tipo de protestas.

Pero, además, un pregón de fiestas no debe convertirse en un mitin político. No se puede aprovechar un pregón para lanzar proclamas ideológicas, como alentar la retirada de las corridas de toros, posicionarse en favor de Palestina, o, como remate del acto, finalizar el discurso con un alegato a favor de la República. Las fiestas son para todos, no solo para los que comulguen con su forma de pensar, evitando el conflicto entre vecinos. Para división ideológica y social ya estamos sobradamente servidos, con la política nacional. Adolfo Costas Gascón. Pontevedra.

Messi, una tragedia de nuestro tiempo

La gran noticia del domingo pasado, más allá de lo deportivo pese a coincidir con la clausura de los Juegos, fue la comparecencia de Leo Messi confirmando su marcha del Barça. «Tremendamente emotivo y desgarrador» (sic) fue el tono de los calificativos dominantes que la acompañaban abriendo los informativos, recogiendo los sollozos, moqueos y palabras entrecortadas de un varón roto ante el sufrimiento de tener que abandonar el club de toda su vida porque no podían largarle la morterá de millones que el pobre exigía. Marcharse e irse del club que le descubrió y formó para acabar dolorosamente en otro que, sí, quizá incluso le pague mucho más, pero que ahora cobrará sin el sentimiento agradecido con que lo venía haciendo.

Sin embargo, las almas cicateras que solo sienten vértigo ante cifras salariales millonarias, lógico y mezquino resultado de operar con cantidades astronómicas aplicando unas obsoletas matemáticas impartidas sin perspectiva de género, nunca alcanzarán a comprender el dolor que encierran decisiones como esta, donde el dinero apenas significa nada. Y aunque cuesta pensarlo, tampoco faltará quien se burle de esta tremenda tragedia que tan certeramente refleja los valores que imperan en nuestro tiempo. Miguel Ángel Loma Pérez.

Sombrilla: echarle cara al asunto

La costumbre de plantar la sombrilla en la playa a primera hora de la mañana con la intención de reservar un espacio para todo el día no deja de ser un acto de ocupación del espacio público que pone de relieve un déficit social en civismo que, por lo visto, puede llegar a lucirse con el orgullo y la satisfacción de quien obtiene una medalla olímpica. Pero, qué problema hay en tener un suspenso en comportamiento ético si se obtiene un aprobado alto en la asignatura de cada cual a lo suyo.

Hay costumbres cuyas raíces se nutren de sustancias tóxicas, y apropiarse de unos metros cuadrados de playa o de una mesa en un área recreativa, marcando el territorio para ausentarse del lugar hasta que a uno le convenga, son algunas de ellas. Sin embargo, a día de hoy, lo de echarle cara al asunto puede ser defendido con uñas y dientes como un acto de libertad individual amenazado por la opresión galopante del sentido común. Alejandro Prieto Orviz. Gijón.

La «plumofobia» mata

No es posible que en el 2021, y tras una muerte mediática debida a una agresión homófoba, una agencia creativa tan reconocida como BBDO Contrapunto y una marca de gran consumo como Snickers decidan sacar a la luz un vídeo promocional en el que desprecien la pluma de un personaje reconocido, teniendo en cuenta la poca inteligencia del actor Aless Gibaja al aceptarlo.

Gracias a estas campañas de márketing, los estereotipos siguen vivos, y estas concepciones cargadas de desconocimiento y falta de respeto nos afectan a muchas personas del colectivo. Señoras y señores, la pluma es algo maravilloso.

No me quiero imaginar lo peligrosas que serían el resto de ideas que fallaron en el brainstorming, porque desde luego no es ni de lejos una campaña con un lenguaje cercano y sin complejos. Es totalmente lo contrario. Aarón Menés Mayor. Premià de Mar (Barcelona).