Debate: ¿Habría que haber apostado por vacunar antes a los jóvenes o por volver a confinarlos?

A los jóvenes se les ha culpado de la quinta ola del covid-19. ¿Realmente es así? Ellos son los últimos en ser vacunados. ¿Deberían las autoridades haber previsto la necesidad de vacunación de este colectivo o deberían haber apostado por su confinamiento desde hace semanas? El debate está abierto.

Todo el territorio nacional está sufriendo una quinta ola. ¿Quién o quiénes son los culpables? Hay quien culpabiliza a los jóvenes por no actuar con moderación. Lo cierto es que son los jóvenes -y no todos- los que están ahora recibiendo sus primeras dosis de la vacuna. Dos doctoras, con distintas especialidades, contestan a la pregunta del debate: ¿Habría que haber vacunado antes a los jóvenes o habría que haber apostado por confinarlos?


Vacunación ya, y sin más demoras, para todos

La quinta ola crece según avanza el verano. El aumento de los contactos entre las personas en nuestro tiempo libre, que es mayor si estamos en período de vacaciones, favorece la transmisión del coronavirus en este momento. Parecía sencillo: mantener la distancia mayor de metro y medio, usar mascarilla en lugares cerrados o cuando no podamos garantizar esa distancia, ahora que la variante delta se aprecia con una transmisibilidad mayor. Pero no es sencillo, de ninguna manera. Quizá llevar más de un año intentando mantener estas medidas y la tranquilidad de los datos del número de personas afectadas en descenso, con un aumento del índice de vacunación, ha hecho que seamos optimistas y nos regalemos momentos de acercamiento y de vuelta a ver sonrisas y a explayarnos con nuestras historias delante de una copa, con la compañía que añorábamos hace tiempo y la confianza de que todo seguiría yendo bien.

Y no han sido solo los jóvenes, nos ha ocurrido a todos, aunque cuando ellos se juntan siempre son más numerosos pues probablemente nosotros necesitemos escuchar mejor y ellos intercambiar más miradas, roces y risas.

Y las cifras de contagio aumentan también en estos grupos de población más joven porque la vacunación se ha realizado en otros grupos de edad, lo que ha disminuido la transmisibilidad y las complicaciones graves de esta enfermedad en las personas vacunadas.

¿Confinar a los jóvenes para disminuir la transmisibilidad? No, no creo que esa sea la medida. Sí he echado en falta medidas de educación sanitaria, todos esperamos algún anuncio evocador del verano como los de cervezas o cremas solares. Y, ¿acerca del coronavirus? Por qué no, es la noticia de más tendencia; también acerca del uso de los dispositivos sanitarios, de la optimización de estos recursos. Y sin duda, medidas de control acerca del cumplimiento de las normas establecidas siempre que la salud de todos se vea comprometida.

Y la vacunación ya sin demora para todos los que aún no estén vacunados. Organizar las citas con independencia del grupo de edad. Los jóvenes son aquellos en los que se están observando más tasas de positividad en las pruebas de detección de la infección, deberían haber sido inmunizados antes, pero no ha habido y aún no hay suficientes vacunas para todos.

El empeño en la fabricación de vacunas ha sido enorme, ya vemos la variedad que hay en el mercado, pero no es suficiente. Ante esta pandemia mundial el esfuerzo debiera ser mayor, seguramente en detrimento de otras inversiones, pero es necesario ser atrevido y valiente en la situación actual y actuar de verdad de forma global.

Autor Azucena Prieto Zapico Médico de urgencias del Hospital del Barbanza

La infección masiva nunca es una opción

Si me preguntan qué debemos hacer, si priorizar la vacunación en los menores de 30 años o continuar con las medidas de restricción para evitar la expansión del virus SARS-CoV-2, sinceramente contestaría, que ambas. Por un lado, poner en marcha la campaña de vacunación entre las edades de 12-30 años para tener lo antes posible los jóvenes protegidos con pauta completa, ya que como todos sabemos, no se tiene protección inmunológica con una sola dosis en la mayoría de las vacunas y se requiere entre 7 o 14 días tras la segunda dosis para presentar dicha inmunidad. Por ello, iniciar la misma lo antes posible. Y por otro lado, no relajar las medidas de prevención como: 1.- evitar eventos masivos (principal causa de explosión de casos, los llamados «eventos supercontagiadores»); 2.- controlar nuestras interacciones sociales las cuales deberían llevarse a cabo principalmente en exteriores manteniendo la distancia social y si no es posible, usar mascarilla; 3.- intentar participar en cribados (saliva o nasofaríngeo) donde pueden detectarse contagiadores asintomáticos y/o en período de incubación para evitar brotes con gran número de infectados; 4.- ser cautelosos con los test de autodiagnóstico del covid-19, en cuyo caso aconsejaría mantener las medidas de prevención ante los resultados negativos (debido al elevado porcentaje de falsos negativos) y llamar a urgencias y/o centros de salud ante cualquier resultado positivo en la prueba o sospecha de positivo. Y finalmente, y a pesar de la fatiga pandémica, continuar con el cumplimiento estricto de las cuarentenas en los positivos y los contactos, especialmente en aquellas personas no vacunados.

No cometamos los mismos errores que nuestra vecina UK (United Kingdom), donde realizaron la vacunación con una única dosis, favoreciendo la expansión del virus y el desarrollo de variantes SARS-CoV-2. Además, recientemente levantaron todas las medidas de restricción sin tener en cuenta las implicaciones que esto puede tener tanto en el número de infectados, la mayoría jóvenes menores de 30 años, como en los mayores vulnerables, inmunodeprimidos o con morbilidades.

Una carta publicada el 7 de Julio en la prestigiosa revista Lancet (https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)01589-0/fulltext) firmada por 1.200 investigadores, plantea como la infección masiva no es una opción frente a esta pandemia: debemos hacer más para proteger a nuestros jóvenes, incluyendo la vacunación y el mantenimiento de las medidas de restricción.

Debemos seguir luchando por los jóvenes de nuestra sociedad, por nuestras familias y por nosotros mismos.

Autor María del Mar Tomás Carmona Médico Microbióloga del Hospital A Coruña, Investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) y Portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
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