Un nuevo Gobierno de cercanía y gestión

Orestes Suárez Antón DOCTOR EN CIENCIAS POLÍTICAS

OPINIÓN

Javier Lizon | Efe

14 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vez más, nadie podrá cuestionar el arrojo político de Pedro Sánchez. Su riguroso cribado ministerial rejuvenece, feminiza, territorializa y politiza, marcando, en el ecuador de la legislatura, un antes y un después que no deja indiferente a nadie. Se abre así una nueva etapa centrada en la recuperación económica y con la vista puesta en el próximo período electoral.

Con la salida de Carmen Calvo, al presidente le flanquean ahora dos gallegas, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, lo que sitúa la economía y el empleo como los dos principales ejes de la acción gubernamental. Mientras, la transición ecológica de Teresa Ribera se sitúa en el tercer vértice de este nuevo triángulo presidencial. Ribera junto con Calviño -a quien además corresponde amarrar los fondos europeos- conforman el reducido elenco pata negra que acompaña a Sánchez desde su primer Gobierno y que completan María Jesús Montero, Margarita Robles, Luis Planas, Reyes Maroto y un Fernando Grande-Marlaska con frecuencia en el ojo del huracán.

Con Iván Redondo al margen de la fontanería, la maquinaria político-electoral transita ahora por las manos del nuevo ministro de Presidencia, Félix Bolaños. A pesar de su juventud, un histórico del socialismo madrileño que ocupaba el cargo de secretario general de la Presidencia, esto es, de número dos del propio Redondo. A este le reemplaza Óscar López, otro viejoven curtido en mil y una batallas, ex secretario de Organización con Rubalcaba y distanciado de Sánchez desde que prestara su apoyo en primarias a Patxi López, en lo que supone un importante gesto de cara a la reconciliación interna.

El PSOE termina de coser sus heridas, en un esfuerzo de concentración sin precedentes, con la incorporación de buena parte del talento perdido en el fragor de la lucha entre familias. Así, la hasta ahora alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, representará como ministra portavoz la imagen visible, luminosa y cercana del nuevo Gobierno. A la panoplia de caras nuevas se une también la de Pilar Alegría en Educación, síntesis perfecta del carácter de los nuevos nombramientos en tanto que mujer joven pero con una amplia trayectoria de partido y de gestión. En esta misma línea jasp, Diana Morant y Raquel Sánchez, que dejan sus alcaldías para colocarse respectivamente al frente de Ciencia y Transporte. Esta última, dando relevo a otro ilustre, José Luis Ábalos, que abandona también la Secretaría de Organización del PSOE.

En Justicia y Exteriores se da entrada a caras de reconocida confianza de Sánchez como las de la presidenta del Senado, Pilar Llop, y la del embajador en Francia, José Manuel Albares. Y por último, un todoterreno, Miquel Iceta, que asciende a Cultura en detrimento de un Uribes al que echaremos en falta los que gustamos de discursos que van más allá del mero argumentario partidista.

En definitiva, Sánchez aspira a afrontar esta segunda parte de la legislatura con un Gobierno más fresco y dinámico, pero también más combativo, que sirva para hackear el actual clima de crispación. Los congresos del próximo otoño serán el siguiente hito de un partido que vuelve con todo y que avanza sin tregua. Enfrente, un PP cegado por el resplandor del «efecto Ayuso», que con dificultades saldrá del atasco de la M30 en el que disfruta dando golpes de corneta junto a sus aliados de Vox y los despojos de Ciudadanos. Y es que por más que le pese al menguante patriotismo de hojalata de la plaza de Colón, el éxito del Gobierno será el del conjunto del país y el de todos los españoles, por lo que no cabe más que desearle aciertos en esta nueva etapa.