Prudencia con los eventos supercontagiadores

OPINIÓN
Nos encontramos en un momento clave en la lucha frente a la pandemia covid-19 donde debemos ser conscientes de que esta crisis sanitaria no ha terminado aunque haya luz al final del túnel gracias al desarrollo espectacular de las vacunas y a su campaña de administración, es decir, gracias a la ciencia y a los sanitarios. Es el momento de responder por parte de la sociedad, especialmente la gente no vacunada, con generosidad y responsabilidad. Necesitamos tener mayor número de porcentaje de población vacunada para proteger de forma colectiva a la sociedad tanto en los riesgos asociados al covid como en otras patologías cuyo diagnóstico y tratamiento podrían verse afectadas por nuevas olas epidémicas debidas al SARS-CoV-2. La saturación de atención primaria y centros de salud nos afecta a todos y podría desencadenar consecuencias tanto el desarrollo de nuevas patologías, como en la prevención de enfermedades como el cáncer.
Aunque el covid-19 afecta de forma más grave a pacientes de mayor edad, cada vez son más los estudios publicados en relación al desarrollo de secuelas en pacientes jóvenes sin patología previa. Hasta el momento, se han descrito secuelas asociadas a infecciones por SARS-CoV-2 en pacientes menores de 30 y asintomáticos. Entre ellas destacan la afectación pulmonar con reducción de su capacidad aeróbica y por tanto menor resistencia física, daños renales y pancreáticos, así como alteraciones endocrinas y neurológicas. A lo largo de la historia, los virus se han asociado al desarrollo de multitud de enfermedades, por lo que no se puede descartar que el SARS-CoV-2, no sea uno de ellos.
En este verano deberíamos tener especial precaución en todas las actividades sociales que queramos desarrollar, incluido el ocio nocturno donde hay elevado riesgo de contagio. Como primera medida aconsejaría evitar eventos multitudinarios o con riesgo de supercontagio, ya sean en el interior como en el exterior donde no pueda mantenerse la distancia social de al menos metro y medio. Las técnicas de detección de este virus, son buenas en el diagnóstico de la infección covid-19 pero no perfectas en la prevención, es decir, un resultado negativo no exime de estar infectado y por tanto de la posibilidad de contagiar. Por otro lado, participaría en los cribados (especialmente de PCR en saliva donde existe evidencia científica sobre la capacidad de detección del virus en pacientes presintomáticos o en período de incubación) para detectar el mayor número de posibles contagiadores con el fin de cortar las cadenas de transmisión y evitar el desarrollo de brotes importantes. Finalmente, respetar la distancia social en el exterior y si no fuera posible, mantener la mascarilla.
Si impedimos una nueva ola epidémica, todos saldremos ganando evitando restricciones o toques de queda y favoreciendo el bienestar social y económico.