Jóvenes agolpados en las calles, en los conciertos, en las fiestas. Y el covid aumentando su incidencia de manera desenfrenada entre ellos, los no vacunados. El ocio nocturno sigue abierto en la mayor parte de las comunidades autónomas. ¿Habría que cerrarlo para frenar el índice de contagios?

Dos médicos abordan en este debate la necesidad de cerrar o no el ocio nocturno ante el brutal aumento del covid entre la población más joven, que es la no vacunada. Los dos llaman a la prudencia y advierten que las consecuencias de sufrir la enfermedad pueden llegar dentro de años.


Profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública

Sí, o exigir test o PCR en todos los municipios

El ocio nocturno ha sido una de las actividades económicas más castigadas durante la pandemia al desarrollarse en circunstancias favorables para la transmisión del virus como lugares cerrados, con elevado el riesgo de transmisión por aerosoles; música alta, que obliga a alzar la voz con mayor emisión de gotas y aerosoles; ingesta de alcohol que favorece relajar las normas de prevención, y mayor frecuentación por jóvenes, menos cumplidores de las normas.

Estuvo toda la pandemia prácticamente cerrado y, cuando al mejorar la situación se acuerda su apertura a partir del 1 de julio, se produce el macro-brote de Mallorca, iniciándose un crecimiento exponencial de casos que llaman ya quinta ola. Una ola diferente de las anteriores, sin presión hospitalaria, al estar la mayoría de los vulnerables inmunizados; que afecta fundamentalmente a menores de 30 años con cuadros clínicos caracterizados por rinitis, cefalea y mialgias sin afectación respiratoria, pero con cargas virales muy elevadas (20-85 millones de partículas virales por mililitro) que los hace muy contagiosos. Que no provoque sobrecarga hospitalaria hace que no se le de la importancia que tiene, pues puede transmitirse a vulnerables que todavía hay (los de 60 a 69 años que no completaron su inmunización y los vacunados no respondedores a la vacuna); los jóvenes también pueden ingresar e incluso fallecer, aunque sea en menor número, y además la amplia circulación viral favorece la aparición de variantes.

En esta situación, ¿debe cerrarse el ocio nocturno? El Centro de Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad entendió que sí y circuló un documento a las comunidades autónomas proponiendo su cierre, recuperar el toque de queda y prohibir eventos multitudinarios, aunque horas después el Gobierno negó su existencia, y más adelante dejó en manos de las comunidades, a las que ya competía, la decisión de cerrar o no el ocio nocturno.

Cataluña lo cerró en espacios cerrados por al menos dos semanas, y Cantabria en algunas localidades; Navarra adelantó la hora de cierre a la 1 de la madrugada, y otras comunidades están estudiando qué medidas adoptar. Galicia apuesta por un «ocio seguro» manteniéndolo abierto, limitando el acceso a vacunados o con prueba PCR o test de antígeno negativo en municipios en nivel medio, y sin límite en los de nivel bajo.

Sería bueno que la exigencia fuese igual en todos los municipios para evitar que los jóvenes de aquellos más afectados se desplacen al ocio nocturno donde no se exija.

Autor Profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública

Médico microbióloga del Chuac, investigadora del Inibic y Portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Prudencia con los eventos supercontagiadores

Nos encontramos en un momento clave en la lucha frente a la pandemia covid-19 donde debemos ser conscientes de que esta crisis sanitaria no ha terminado aunque haya luz al final del túnel gracias al desarrollo espectacular de las vacunas y a su campaña de administración, es decir, gracias a la ciencia y a los sanitarios. Es el momento de responder por parte de la sociedad, especialmente la gente no vacunada, con generosidad y responsabilidad. Necesitamos tener mayor número de porcentaje de población vacunada para proteger de forma colectiva a la sociedad tanto en los riesgos asociados al covid como en otras patologías cuyo diagnóstico y tratamiento podrían verse afectadas por nuevas olas epidémicas debidas al SARS-CoV-2. La saturación de atención primaria y centros de salud nos afecta a todos y podría desencadenar consecuencias tanto el desarrollo de nuevas patologías, como en la prevención de enfermedades como el cáncer.

Aunque el covid-19 afecta de forma más grave a pacientes de mayor edad, cada vez son más los estudios publicados en relación al desarrollo de secuelas en pacientes jóvenes sin patología previa. Hasta el momento, se han descrito secuelas asociadas a infecciones por SARS-CoV-2 en pacientes menores de 30 y asintomáticos. Entre ellas destacan la afectación pulmonar con reducción de su capacidad aeróbica y por tanto menor resistencia física, daños renales y pancreáticos, así como alteraciones endocrinas y neurológicas. A lo largo de la historia, los virus se han asociado al desarrollo de multitud de enfermedades, por lo que no se puede descartar que el SARS-CoV-2, no sea uno de ellos.

En este verano deberíamos tener especial precaución en todas las actividades sociales que queramos desarrollar, incluido el ocio nocturno donde hay elevado riesgo de contagio. Como primera medida aconsejaría evitar eventos multitudinarios o con riesgo de supercontagio, ya sean en el interior como en el exterior donde no pueda mantenerse la distancia social de al menos metro y medio. Las técnicas de detección de este virus, son buenas en el diagnóstico de la infección covid-19 pero no perfectas en la prevención, es decir, un resultado negativo no exime de estar infectado y por tanto de la posibilidad de contagiar. Por otro lado, participaría en los cribados (especialmente de PCR en saliva donde existe evidencia científica sobre la capacidad de detección del virus en pacientes presintomáticos o en período de incubación) para detectar el mayor número de posibles contagiadores con el fin de cortar las cadenas de transmisión y evitar el desarrollo de brotes importantes. Finalmente, respetar la distancia social en el exterior y si no fuera posible, mantener la mascarilla.

Si impedimos una nueva ola epidémica, todos saldremos ganando evitando restricciones o toques de queda y favoreciendo el bienestar social y económico.

Autor Médico Microbióloga del Hospital A Coruña, Investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) y Portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
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Debate: Teniendo en cuenta el nivel de contagios ¿sería necesario cerrar el ocio nocturno?