Garzón, el ministro

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

María José López

10 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ataque a la libertad 

La existencia de un Ministerio de Consumo en España, no deja de ser un despropósito de despilfarro, como lo demuestra el hecho de que las pocas intervenciones que ha tenido su máximo representante, el señor Garzón, han sido de lo más desafortunadas, como, en el que atacó el consumo de carne, preferentemente vacuna. Justificó su argumento en que hay que proteger al planeta frente al llamado efecto invernadero. Garzón usted en lugar de favorecer y apoyar el consumo de los ciudadanos -primero con aquellas declaraciones en las que refirió, que el turismo constituía un sector de bajo valor añadido y ahora con su alegado en contra del consumo de carne-, demuestra que este ministerio representa un hándicap en la política de recuperación económica. ¿Quién es el ministro de Consumo para decir a los conciudadanos de su país lo que deben comer o no? Como mucho podrá aconsejar u orientar, pero no prohibir si no existen causas de extrema gravedad de índole sanitaria. Pero si partimos de sus antecedentes políticos y sus simpatías con el régimen bolivariano, todo tiene sentido. Señor Garzón, España no es Venezuela, y aquí todavía impera el estado de Derecho, en el que las libertades individuales, están en plena vigencia. Adolfo Costas Gascón.

 Carne roja

A pesar de las críticas furibundas de sectores conservadores y ultraliberales el ministro Garzón tiene toda la razón del mundo en relación con la cuestión de la carne roja. Se consume demasiado, fomenta el cambio climático y su abuso es letal para la salud humana. Desde las diferentes administraciones se debería promover el consumo preferente de la carne blanca (pollo, conejo y pavo). De hecho, se debe volver a la dieta mediterránea, pero también hay que decir que sus respectivos productos son demasiado caros. No puede ser de ninguna manera que los frutas y verduras estén a precios de oro. Josep M. Loste y Romero. Gerona