¡Toma, Moreno!

OPINIÓN

Moreno, en noviembre del 2016
Moreno, en noviembre del 2016 Juanjo Martín | EFE

03 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cómo no recordar esa sonrisa de José Luis Moreno diciendo aquello de «tiene fuerza, tiene garra, tiene estilo» en las presentaciones de todas esas galas de los ochenta y noventa. Cómo no recordar a ese Rockefeller que en su nombre escondía toda la verdadera ambición del ventrílocuo que ya de niños nos metía miedo. Porque en realidad, José Luis Moreno ya pertenecía a esa categoría de ser siniestro, mitad tenor, mitad productor, mitad imitador, mitad presentador, mitad engreído, mitad pelota con los famosos, que te asustaba cada vez que aparecía escoltado por esas imponentes mujeres de Noche de fiesta. Pero para fiesta la que tenía él montada en su propio interior, porque detrás de esa imagen de Monchito se guardaba una traca fallera que bien le valdría a Santiago Segura para montar el guion de Torrente 6. Moreno se ve que no tuvo que hacer mucho esfuerzo cuando le dieron ese papel hecho a medida de supervillano estafador, visto el show que tiene encima. Blanqueo, drogas, lumpen, sicarios... se había tragado por esa boca José Luis Moreno, que se ha convertido en el referente del explotador español: cada día le sale un colega de profesión poniéndolo a caldo o algún modelo confesando que tuvo que pagar su peaje para conseguir curro. No sé cómo estarán viviendo en ese cajón perdido en un rincón del trastero su orfandad Macario, Monchito y Rockefeller. Pero en esa habitación oscura de vez en cuando puede oírse: «¡Toma, Moreno!».