«Me parece una irresponsabilidad social que se nieguen a vacunar a un ciudadano»

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OPINIÓN

Rosa Veiga

24 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Irresponsabilidad social sanitaria

En marzo me vacunaron con AstraZeneca en el Hospital de Ourense. A pesar de que los posibles problemas asociados por trombos ya eran conocidos, nadie me consultó qué vacuna me ponía, ni me dio a elegir, ni mucho menos me solicitó un consentimiento informado.

El pasado 22 de junio me citaron para administrarme la segunda dosis. En esta ocasión me preguntaron previamente qué vacuna quería ponerme, e informé que prefería AstraZeneca, ya que es la que recomienda el fabricante y avalan la OMS y la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Cuando me presento a ponerme la vacuna, me indican que debo entregarles un consentimiento informado. Tras leerlo y consultar la legislación vigente, me niego a firmar dicho documento por los siguientes motivos:

1.- Yo no me niego a recibir una segunda dosis de otra vacuna, indico que prefiero AZ, pero considero que la decisión debe ser de quien en su momento decidió administrarme AZ.

2.- Solicito expresamente ser vacunado, por lo que en ningún momento me niego a recibir un tratamiento médico.

3.- La información aportada en el consentimiento es ridícula y reconoce que no se han realizado estudios comparativos entre la vacunación homóloga y la mixta.

4.- La obligatoriedad de la vacunación mixta se basa en un estudio universitario en proceso y sin conclusiones definitivas.

5- Tras la polémica, tanto la OMS como la EMA han avalado la vacunación homóloga con AZ.

6.- Quien debe tomar la decisión de qué vacuna aplicar es quien dispone de los conocimientos científicos necesarios y no el ciudadano.

En definitiva, se han negado a vacunarme por no firmar el consentimiento informado. El personal sanitario ha apelado a la «responsabilidad social» para convencerme. Muy al contrario, lo que me parece una irresponsabilidad social es que quienes tienen la obligación de velar por la salud pública se nieguen a vacunar a un ciudadano, llegando a coaccionarlo si no entrega un documento que la ley no exige, al menos en los términos en los que se ha planteado por el Sergas. Roberto Álvarez. Ourense.

«Procés»: borrón y cuenta nueva

Cuando empiezas a leer un libro lo mas importante son las primeras páginas, porque te enganchan —o no— para continuar. El procés es un libro que se ha abierto por la página uno, que acaba de leer el Gobierno y que ha pasado el testigo a la Generalitat. Esta lo ha recogido sin responder lo que esperaba el Ejecutivo, y le ha emplazado a que vuelva a mover ficha, o lo que es lo mismo, a autorizar un referendo de autodeterminación y a decretar amnistía para todos.

Si lo que pretendía Pedro Sánchez era hacer borrón y cuenta nueva, lo único que ha conseguido es que los indultados disfruten de la libertad. Buenas intenciones, sin duda, pero no mucho más. Enrique Stuyck Romá. Madrid.

Indultos, una provocación infame

Hoy es uno de los días mas aciagos de nuestra democracia, al contemplar cómo nueve responsables de intentar un golpe de Estado en Cataluña salen de prisión. Sánchez, lo único que ha conseguido es dar alas a su pretensión separatista, ya que en sus primeros discursos, a las mismas puertas de la prisión, animan y se comprometen a seguir en la lucha por conseguir una república independiente para Cataluña. Si Sánchez ya contaba con esta reacción de los sediciosos, es cómplice de sus pretensiones, y si no, es un presidente del Gobierno temerario, al dejar en libertad a estos personajes que constituyen un peligro evidente para España y su unidad nacional. Adolfo Costas Gascón. Pontevedra.