Deben estar a la altura del «destino Galicia»

Cesáreo Pardal PRESIDENTE DEL CLÚSTER TURISMO DE GALICIA

OPINIÓN

13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las viviendas de uso turístico constituyen una alternativa a modalidades más convencionales de alojamiento con fines turísticos y su actividad está prevista por la ley.

Desde el Clúster Turismo de Galicia, una entidad de carácter privado cuyo objetivo principal es el desarrollo estratégico de la actividad en base a una realidad económica que se desempeña en un marco legal establecido, tenemos que partir de la base de que las viviendas de uso turístico forman parte de esa realidad y están amparadas en ese marco legal.

Nuestras preocupaciones con respecto a esta modalidad de alojamiento son las mismas que con el resto y se refieren a la competitividad y, al mismo tiempo, el mantenimiento de un entorno competitivo justo; y a la calidad en la prestación de los servicios, necesaria para el cumplimiento de nuestros objetivos estratégicos. Esta visión está enmarcada en una planificación que incluye otros retos, como la consolidación de un destino seguro, la transformación digital o la sostenibilidad medioambiental. Y que tiene en cuenta la importancia del turismo en el desarrollo del territorio y su responsabilidad con la comunidad.

El modelo de viviendas de uso turístico debe adaptarse a ese marco estratégico. Debe adecuarse a las exigencias de calidad en el servicio y profesionalización necesarios para mantener la reputación que Galicia ha sabido crear como destino turístico. Y para hacerlo, por ejemplo, es necesario que cumpla con las exigencias de facilidades y dotaciones que se le piden al resto de los establecimientos.

Existe además el riesgo de que una modalidad que surgió para que pequeños propietarios pudieran sacar un rendimiento económico a viviendas sin ocupar se convierta en el refugio de ambiciosas actividades empresariales a gran escala que buscan librarse de la obligación de cumplir con las normas de los alojamientos turísticos. Es decir, que dejen de ser viviendas de uso turístico para ser alojamientos turísticos con apariencia de viviendas.

En su compromiso social, el turismo no puede correr el riesgo de afectar negativamente a la convivencia local. Algunos casos, como puede el de Santiago de Compostela, muestran que el uso turístico descontrolado de viviendas en entornos residenciales puede generar conflictos que comprometen el desarrollo sostenible, del que forma parte esa complicidad que debe existir entre la actividad y la comunidad en la que se desarrolla. En ocasiones, este tipo de negocios están provocando también el vaciado de determinados barrios de los centros urbanos, sobre todo en zonas históricas.

Tampoco ayuda a ese desarrollo sostenible la ausencia de control desde el punto de vista de la ordenación del territorio. Los negocios turísticos están amparados por los ordenamientos urbanísticos, que prevén los diferentes usos que se le da al suelo. La proliferación descontrolada de viviendas de uso turístico se escapa también a este criterio de gestión pública.

El uso turístico de estas viviendas implica que las personas que las utilizan lo hacen en busca de una experiencia turística. Su estancia formará parte de sus vivencias en Galicia, que compartirán y que les animarán a volver. Desde el Clúster Turismo de Galicia vemos esa vivencia como un todo, como una cadena que configura la experiencia. Y no puede haber ningún eslabón débil.