Darias y la guerra sucia de AstraZeneca

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

Santi M. Amil

No es casualidad que el Ministerio de Sanidad difunda datos sobre muertes relacionadas con esta vacuna cuando se enfrenta a ciertas comunidades por la segunda dosis primando la opción de Pfizer

28 may 2021 . Actualizado a las 10:44 h.

Las casualidades en política son como el leopardo de las nieves. Existen, pero no hay muchas. Y son muy difíciles de ver. Sobre todo cuando se trata de filtraciones de un Gobierno central. El Ministerio de Sanidad informa sobre trombos y muertes relacionadas con AstraZeneca en España justo en plena batalla con algunas autonomías por la segunda dosis. ¿Que no quieres Pfizer? Pues subo la apuesta y pongo cuatro muertos sobre la mesa. Y añado veinte trombos. Ahí tienes. Las cuarenta. Carolina Darias prefiere esparcir miedo y minar la confianza en la vacunación antes que ceder en su estrategia. Todo para admitir que no hay dosis suficientes de la fórmula de Oxford para cubrir la demanda de todos los menores de 60 años que quieren completar la pauta con este preparado, que es la opción preferida por la ciencia (por si sirve de algo la opinión de numerosas sociedades científicas y de la Agencia Europea del Medicamento). En una crisis sanitaria, el Ministerio de Sanidad debe asumir decisiones, no despejar continuamente balones hacia las comunidades y los ciudadanos. Y si hay que contarle a la gente que, debido a problemas de suministro, habrá algunos que puedan inmunizarse con la doble dosis de AstraZeneca y otros tendrán que recibir la segunda de Pfizer, pues va en el cargo. Es una de las numerosas cruces con las que toca cargar en esta pandemia. Porque, en este juego en el que el Ejecutivo y los presidentes autonómicos intentan ganar cada pulso y ponerse sus medallas, se van escurriendo vidas y se vuelan puentes que forman parte de nuestro camino hacia la inmunidad de rebaño. 

Decían que con la pandemia aprenderíamos muchas cosas. Es cierto. Nos queda más claro que nunca que la irresponsabilidad de ciertos políticos no conoce límites.