Los obsesos y sus obsesiones

OPINIÓN

Enric Fontcuberta | Efe

26 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Generalitat dice estar obsesionado con la independencia. Obsesión, perturbación anímica producida por una idea fija. Pere Aragonès no es en esto distinto a sus antecesores. Jordi Pujol estaba obsesionado con el dinero, Artur Mas con el dinero y las arrugas de su traje, Carles Puigdemont con el dinero y su flequillo, y hasta el número 2 de Aragonès, que no es su número 2, con que los catalanes descubrieron América, y a lo mejor el pan con tomate. Todos estos señores viven obsesionados. Esto no puede ser sano. Unas horas después de su obsesiva investidura, Aragonès, que insiste en independizarse porque es gratis -Sánchez paga el indulto- se da de bruces con la realidad de Cataluña. Unos pensionistas le recuerdan qué es lo que necesita esa tierra. No la independencia, la sanidad. La sanidad, la educación, el empleo: la obsesión de los catalanes y, para escarnio de estos secesionistas que van de raza singular y superior, hasta de los mapuches.