La docuserie de Rocío Carrasco ha terminado por dividir definitivamente a Telecinco. De un lado, Carlota Corredera, Jorge Javier y todo el equipo de La Fábrica de la Tele, y del otro, Ana Rosa con su productora Unicorn Content. Un conflicto a cara de perro que ninguno de ellos intenta ocultar cuando de lo que se trata es de llevarse la mejor tajada. Al menos es lo que se deduce cuando Carlota, antes de iniciar la emisión de uno de los episodios, le lanzó el dardo a la reina de las mañanas: «Hablo de periodistas, de colaboradores de esta cadena (...) a los que parece que les da rabia no haber podido contar ellos esta historia y se dedican a torpedearla». Porque contar la historia -que no la historia- es tema principal en esta causa emponzoñada de intereses más allá del maltrato en sí. Rocío Carrasco pertenece ahora al bando de Sálvame y Rocío Flores al de Ana Rosa y ya sabemos que cuando se ponga fin a este apartado de la serie, subirá como la espuma la primera entrevista a esta última y a su padre, Antonio David. Y ahí no hay maltrato que valga ni sentencia en el juzgado, los espectadores que han visto cómo el ex de Rocío Carrasco ha salido por patas del plató de Sálvame, lo verán entrar en otro para contar la versión de los hechos porque de este circo mediático no se salva nadie. Si se la cosa fuera en serio, el tema sería otro: esta semana ha habido cinco asesinatos en 72 horas. De eso no se habla.