«No poner la segunda dosis de AstraZeneca es una aberración»

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OPINIÓN

ANDREAS GEBERT | Reuters

15 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Segunda dosis de AstraZeneca

En contra de criterios de organismos como la Agencia Europea del Medicamento, la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias y la Sociedad Española de Médicos de Familia, a los que se suman una lista interminable de científicos y expertos, el Gobierno ha decidido, por su cuenta y riesgo, no inocular a los ya vacunados, la mayoría grupos esenciales en la sociedad, con la segunda dosis de AstraZeneca, amparando su decisión en un estudio que se está llevando a cabo en la Universidad Carlos III para combinar vacunas de diferentes marcas. Una peculiar investigación científica, sin base en ningún otro país del mundo, que se apoya en la ridícula cifra de 600 voluntarios, de los cuales a 200 o 300 se les inoculará un placebo o simplemente ninguna dosis de refuerzo, con lo cual dicho muestreo se convierte en puramente anecdótico, y posiblemente más peligroso que seguir las indicaciones de AstraZeneca con sus dos dosis pertinentes.

Es una verdadera aberración por parte del Gobierno central, cuando se conocen los beneficios de la segunda dosis de esta vacuna anglo-sueca, que en su estudio, antes de ser aprobada, abarcó a miles y miles de personas. Eso sin contar la escasa posibilidad de aparición de efectos secundarios adversos o graves en personas que ya han recibido la primera dosis.

Señores del Gobierno, Ministerio de Sanidad y demás responsables de esta rocambolesca medida: aunque en política ya todos sabemos que no se reconocen los errores, por lo menos presten atención a sus asesores científicos, que para eso están en la nómina de todos los ciudadanos. Marta G. Guerra.

Los delitos de odio al colectivo LGTBIQ+

Hemos avanzado mucho hasta el día de hoy, pero aún hay una brecha muy notable en lo que respecta a los derechos y libertades de algunos grupos, como el que sufre el colectivo LGTBIQ+. Porque, aunque por ejemplo fue otorgado el derecho al matrimonio homosexual en el 2005 o el derecho al cambio de sexo de las personas trans, sus integrantes siguen sufriendo una persecución violenta y discriminatoria. En el año 2019 los delitos de odio hacia las personas del colectivo aumentaron un 8,6 %, y la Unión Europea asegura que el 80 % de las agresiones no se denuncian. Unos actos que deberían ser más castigados, pues son delitos que atentan contra un colectivo que acoge a un gran número de la población.

Pero aún son más preocupantes los discursos negacionistas ante estos ataques. Es denigrante e insultante que aún existan partidos políticos que nieguen los derechos y libertades al colectivo LGTBIQ+, y estos mismos partidos anclados en el pasado son a veces los causantes de los ataques que se han sufrido. Es hora de cambiar esas mentes arcaicas y dar paso a una sociedad más abierta y tolerante. Andrea Elbal Ortiz. Valencia.

Indignidad

Tras hacerse a un lado en su actividad política, para alegría de corifeos y pesebreros, me gustaría manifestar que la persecución política y mediática, y el acoso judicial y personal, que han venido sufriendo Pablo Iglesias y su familia no tiene precedentes en nuestra historia reciente, lo cual, como españoles y demócratas, debería avergonzarnos. Mientras, los sobreseimientos y archivos de denuncias se suceden, sin que nadie pida disculpas por tanta indecencia. Nunca he votado a Podemos. Agustín Vilariño. Pontedeume.