La depresión de Jordi

OPINIÓN

11 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos tan hechos a la farándula televisiva, a los gritos, a los excesos en los platós, a las risas locas y a las performances varias que en ese circo no concebimos que pueda haber sufrimiento ni dolor. Sin embargo, ahí está Jordi González, el presentador del reality por excelencia, Supervivientes, para revelarnos que en medio de toda esa algarabía se puede tener depresión. Ganando mucho dinero, siendo una cara mediática y con muchos años de profesión a sus espaldas, Jordi ha confirmado que también se puede caer en el hoyo sin motivo externo aparente. En plena pandemia, el presentador catalán se desencajó y, aunque había tenido sus vaivenes de desánimo, jamás había sufrido depresión. Pero llegó, se vino abajo y tuvo que abandonar de pronto su programa para iniciar un proceso de cura como le correspondía. Lo ha contado ahora, con valentía, y demostrando que a cualquiera de nosotros nos puede suceder. Sin miedo al qué dirán, sin grandes aspavientos pero con todas las palabras precisas, Jordi se ha rescatado a sí mismo de la voracidad de las malas lenguas que no entendían su repentina desaparición el año pasado de Telecinco y especulaban ya con todo tipo de teorías conspiratorias para no seguir trabajando en Mediaset. Todo lo contrario. Agradecido con su empresa, Jordi ha regresado a la tele con normalidad, como un ser humano más que sufre, cae y se levanta.