Superliga antideportiva

Elena roca TOCA PLACAR

OPINIÓN

María Pedreda

23 abr 2021 . Actualizado a las 09:46 h.

Como bien lo define un buen entendedor del fútbol: así no es deporte. Pocas palabras bastan para entender esta situación. La intención de crear una Superliga antideportiva ha hecho unirse a casi todo el mundo del fútbol en defensa del mismo como deporte, y esto me alegra.

Parece que todavía hay una esperanza para que siga pareciendo un deporte, que es lo que mueve corazones y pasiones. La esperanza viene gracias al rescate de sus orígenes deportivos y no del espectáculo que se quería sobreexplotar ya burdamente. La afición ha hablado y el sentido común también.

Lo malo es que esta amenaza de transformarlo totalmente en deporte-negocio sobrevuela en círculos cada vez más pequeños llevados por la avaricia y mala gestión de recursos; y al final, con estas actitudes poco profesionales se van a llevar por delante los valores sin los que el deporte se convertirá, incongruentemente, en antideportivo.

¿Cuántos valores quería aplastar esta Superliga antideportiva? Todos los que deberían ir unidos a esta actividad. Integridad, solidaridad, respeto, pasión, disciplina, esfuerzo, sacrificio. Y aunque estos no siempre se vean en los campos de fútbol, como sí pasa en mi rugbi, al menos vemos que queda esa esencia que permanece vigilante para que siga existiendo siempre un espíritu deportivo, sin dejarse llevar tanto por el dinero.

El movimiento de la afición en contra de esta aberración antideportiva es con lo que deben quedarse los que marcan las nuevas directrices del fútbol.

Los tiros que toman estos grandes empresarios, que no gestores deportivos, se alejan del mundo real y lo están pagando. Deben reconducir el producto para no desligarlo de lo que nos enamora cada vez que vemos en un partido lo que nos apasiona en cualquier deporte: esa fuerza que te da el espíritu de superación y el esfuerzo hasta llegar al punto de sacrificio para lograr un resultado.

Esa relación que comentábamos al inicio de esfuerzo-premio -y que obvia esta Superliga- cae de cajón para que haya un éxito y un futuro deportivo. Afecta a todas las competiciones, sean las que sean. Así que sigamos en ello la afición, vigilemos para defender la existencia de estos valores en nuestros campos, pistas y canchas.

Animo desde aquí a potenciar estos valores desde las categorías base hasta los que son el ejemplo a seguir en la televisión.

Os toca placar federaciones, instituciones, clubes, entidades y empresas inversoras para conseguir llevar la bandera en esta preciosa misión a favor de los valores en el deporte. Ayudad a que no se convierta solamente en un espectáculo.