Excelente información la que firmó Julio Fariñas sobre la situación en Cuba. Echando mano del último libro de Adela Cortina, Ética cosmopolita, diré que en Cuba resulta ineludible realizar una apuesta por la cordura en estos tiempos de pandemia. La pregunta surge espontáneamente: ¿tendrán los dirigentes cubanos la humildad, la sabiduría y el coraje para hacerla? Para ello hay que aparcar el combate de las ideologías y construir puentes de diálogo, muchos de los cuales fueron arrasados por Trump en los últimos años y por la pasividad e indolencia de las autoridades eclesiásticas cubanas una vez desaparecida la enorme figura del Cardenal Jaime Ortega. El pueblo cubano lo demanda, lo urge, lo necesita. Lo cual tendría efectos benéficos también en otro país tan maltratado por la circunstancia histórica como es Venezuela.
Volviendo a España, debo confesar que me apenó ver esas imágenes de auténticos niñatos desfilando por las calles de Madrid con las fotos de Lenin y Stalin con ocasión del 90 aniversario de la II República. Esto pone de manifiesto el gran desconocimiento histórico de la gente y la fuerza que tienen los marcos cognitivos. Por eso, trabajos como el de Julio Fariñas y el de Adela Cortina son tan necesarios: ahora solo falta que los lean -y los entiendan, que esa es otra- quienes están tan necesitados de sus enseñanzas.