Nunca los gallegos fuimos tan rusos

Pedro Armas
Pedro Armas LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

ZOLTAN BALOGH | Efe

16 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La vacuna Sputnik podría entrar en Europa a través de Galicia. No se trata de vacunar a los gallegos antes que a los demás europeos, sino de producir y suministrar la vacuna desde aquí. Sea en mercado libre u oligopolio de vacunas mejor posicionadas, se cruzan motivos sanitarios, empresariales, políticos y geopolíticos a diferentes escalas.

A escala internacional, The Lancet, revista científica, publica que esta vacuna es tan eficaz como las más eficaces. Según la Agencia Europea del Medicamento, es eficaz pero ha incumplido principios deontológicos en fase experimental, como por ejemplo utilizar de cobayas a militares; así que, de momento, no la autoriza. Según Putin, es la mejor vacuna del mundo, aunque los rusos no se animen demasiado a ponérsela. Producida en grandes cantidades en países como la India, está siendo aplicada en África y América, mientras que en Europa países como Chequia, Eslovaquia, Hungría y Austria han reservado sus pedidos y regiones como Baviera y Madrid han pretendido colarse.

A escala nacional, Galicia es pionera entre las comunidades autónomas en la fabricación de vacunas. Empresas farmacéuticas de la comarca viguesa tienen ya lista la primera vacuna nacional y han negociado con inversores extranjeros la posibilidad de producir la vacuna rusa en sus laboratorios. El Gobierno advierte que ni empresarios ni comunidades autónomas pueden establecer negociaciones bilaterales. Los productores dicen que el Ministerio de Sanidad no es un cliente, porque no compra vacunas, y sí lo son los gobiernos autónomos interesados y los fondos de inversión rusos.

A escala regional parece que el más activo es un empresario de esos laboratorios pioneros, dirigente de Nuevas Generaciones, cónsul honorario de Rusia en Galicia, compromisario de Pablo Casado en primarias y contacto de Ayuso con los del este. A fin de cuentas, sputnik, en ruso, significa compañero de viaje. Gallegos y rusos podemos serlo. Es más, nunca los gallegos fuimos tan rusos.