No me extraña que dudes, pero haz lo correcto: vacúnate

Federico Martinón-Torres PUNTO DE VISTA

OPINIÓN

María Pedreda

30 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las recientes noticias en relación a las vacunas, y en particular con la de Oxford-AZ, la disparidad de criterios entre países en la toma de decisiones incluso dentro de Europa y los diferentes tiempos de respuesta ante una misma situación sin duda contribuyen a la confusión y el hastío de la población, a generar más desconfianza, y, sobre todo, a que perdamos la perspectiva de lo que realmente sucede: en realidad todo son buenas noticias.

La alerta de seguridad y pausa temporal en la vacunación con la vacuna de Oxford-AZ ha generado recelos comprensibles y ciertamente difíciles de subsanar, porque, aunque no haya motivo para alarmarse, la explicación no es sencilla. En primer lugar, la detección de casos raros y graves de enfermedad por trombos (coágulos en la sangre), coincidentes en el tiempo con la vacunación, condicionó la apertura de una investigación formal, que aún continúa. Las autoridades europeas, igual que la OMS, han resuelto la alerta y concluido que se debe continuar normalmente con la vacunación, sin condicionantes ni límite superior de edad. Se sigue buscando la explicación para una forma muy rara y grave de trombosis asociada a una disminución en la sangre de unas células denominadas trombocitos (trombocitopenia), y que, aunque se ha observado en menos de 1 caso por cada millón de vacunados, precisamente por su rareza aún no se ha podido descartar con rotundidad su relación con la vacuna. Luego cada país puede matizar las recomendaciones de la Agencia Europea de Medicamentos, atendiendo no solo a factores científicos, sino de interpretación, capacidad, política y experiencia, así como a la disponibilidad de vacunas alternativas, pero sin duda generando aun más confusión. Los casos españoles que fueron titular en los periódicos se demostró que en realidad fallecieron por malformaciones vasculares en el cerebro y que su muerte solo fue una coincidencia en el tiempo con la vacunación. En realidad, todo lo que esta pasando demuestra la exhaustividad de la vigilancia a la que son sometidas las vacunas, así como la transparencia y la agilidad con la que se realiza.

Tras más de 500 millones de dosis administradas en el mundo, no solo hemos reafirmado el perfil de seguridad, sino que los datos preliminares de su aplicación a gran escala han confirmado las elevadas cifras de eficacia observadas en los ensayos clínicos, siendo además similares entre las diferentes vacunas e independientemente de la edad del vacunado. Me dirán, ¡oiga, es que hubo casos positivos en no se qué residencia y estaban vacunados...! Claro, casos mayoritariamente asintomáticos o leves, que se detectaron buscando activamente la infección como parte de un cribado o del despistaje rutinario a partir de una persona con cualquier otra enfermedad, cuando antes de la vacunación estaríamos contando hospitalizados y muertos. Los diferentes estudios muestran unas eficacias por encima del 80 % en prevenir muerte y hospitalización, algo que ni soñábamos hace unos meses.

Lo que realmente necesitamos es que todo el mundo pueda vacunarse lo antes posible, con cualquiera de las vacunas aprobadas, porque son demostradamente seguras y eficaces, y, a día de hoy, su beneficio supera con creces cualquier riesgo conocido.