¿El medio es el mensaje?
Algunos programas de televisión son hoy en día tribunales de justicia. Los presentadores son los jueces; los tertulianos, abogados; y los invitados, apoyados en las encuestas de audiencia, son el jurado. Los victimarios de ayer (gracias a los dictámenes supremos de esos programas) son hoy verdugos y los verdugos de ayer son hoy victimarios. Claro, todos ellos cobran una buena pasta.
Dichos presentadores-jueces, tertulianos-abogados, invitados-jurado pueden ser llamados en un futuro al banquillo de los acusados si le apetece a los Ciudadano Kane de esta época, ya que hacer famosos para luego destruirlos es la máxima de estos mercaderes. Total, «el show debe continuar», caiga quien caiga. Casi siempre son aquellos que se consideran intocables y no son más que unos muñecos bajo el hilo de los titiriteros. José Domínguez-Bueno.
PP y ley de eutanasia
Suponer y criminalizar, como hacía Enrique Clemente el pasado domingo, que todos los votantes del PP son contrarios al aborto, a los divorcios, a la unión homosexual y a la eutanasia, es afirmar que todos los que no votan al PP son pro-abortistas, contrarios a la estabilidad del matrimonio y de la familia tradicional y defensores de la eutanasia. Conozco muchas personas que, sin ser del PP, son contrarios a alguna de esas prácticas. Por ejemplo, la inmensa mayoría de los médicos y sus colegios de toda España condenamos la forma y el fondo de la ley sobre eutanasia, sin consulta ni consenso, bloqueando el progreso de la medicina paliativa y sin el respaldo mayoritario de todos los españoles. José Luis Pérez Requejo. A Coruña.
Palma de Mallorca, ¿esperpento?
El Supremo solo admite el delito de prevaricación en casos de clamorosa, grosera, esperpéntica y disparatada injusticia. En mi opinión, no es injusto acordar la retirada de una calle a Gravina por franquista. Todo es opinable. De hecho, la Fiscalía General, cuya titular no es simpatizante del PSOE ni ha sido ministra de un Gobierno del PSOE, parece compartir mi opinión. ¿Y los historiadores? Deben sujetarse a lo que diga el BOE: Azaña bueno, Franco malo. José Luis Gardón. Madrid.
«GabilHondo»
Hoy me he llevado la grata sorpresa de que el caprichoso corrector había colado una hache intercalada en el apellido del candidato socialista a presidir la Comunidad de Madrid. Con ella adquiere otra dimensión, la de un político de verdad, profundo y auténtico. Un político creíble, como de otra época, con hache de honesto, que no es poco. Dicen que es soso y haburrido, pero bastante tenemos con los graciosillos de turno que no nos hacen ninguna gracia. Enrique Stuyck Romá. Madrid.